Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 25 sep.— Se cumplen hoy 90 años de aquel 25 de septiembre de 1925 cuando un Consejo de Disciplina de la Universidad de La Habana en complot con el rectorado y el gobierno de turno expulsó de ese alto centro docente al joven revolucionario y líder estudiantil Julio Antonio Mella, pretextando la airada discusión que éste había tenido con un profesor a quien una estudiante de Derecho le reclamaba estar en desacuerdo con la nota obtenida siendo objeto de maltrato.
Santiago de Cuba, 25 sep.— Se cumplen hoy 90 años de aquel 25 de septiembre de 1925 cuando un Consejo de Disciplina de la Universidad de La Habana en complot con el rectorado y el gobierno de turno expulsó de ese alto centro docente al joven revolucionario y líder estudiantil Julio Antonio Mella, pretextando la airada discusión que éste había tenido con un profesor a quien una estudiante de Derecho le reclamaba estar en desacuerdo con la nota obtenida siendo objeto de maltrato.
La muchacha en cuestión era Olivín
Zamora, la esposa de Mella, quien al percatarse del maltrato del
profesor salió a defenderla dignamente, dando lugar a la medida
disciplinaria que se tomó contra Julio Antonio al separarlo
temporalmente de las aulas y cuya verdadera intención fue alejarlo del
ámbito universitario por sus actividades revolucionarias y estudiantiles
como Presidente de la FEU.
Ya para entonces Julio Antonio Mella había rebasado los marcos estudiantiles y se había convertido en un líder político de alcance nacional, y eso era demasiado para el rectorado universitario y para sus enquilosados profesores como los llamó el joven revolucionario.
Mella había matriculado en la Universidad de La Habana en septiembre de 1922 la carrera de Derecho y Filosofía y Letras. En ese mismo año encabezó la reforma universitaria, creó la Revista Alma Mater y fundó la Federación Estudiantil Universitaria. En 1923 organizó el Primer Congreso de Estudiantes y en junio fue electo Presidente de la FEU.
Con apenas 22 años Mella fue aceptado en la Agrupación Comunista de La Habana, que en 1925 daría paso al primer Partido Comunista de Cuba del cual Julio Antonio fue electo miembro de su Comité Central junto con Carlos Baliño, fundador también del Partido Revolucionario Cubano con José Martí, en MIL 892.
Poco después de ser expulsado de la Universidad de La Habana Mella protagonizó su célebre huelga de hambre de 16 días al ser acusado de cometer actos terroristas al explotar varios petardos que fueron colocados por los propios sicarios del régimen del tirano Gerardo Machado.
Al ser puesto en libertad por presión popular, Julio Antonio Mella salió de Cuba en 1926 como polizón en un barco que lo llevó a Honduras donde fue encarcelado y amenazado de deportación por lo que se trasladó a Guatemala y después a Méjico que lo recibió como un hijo, permaneciendo en el país azteca hasta que el 10 de enero de 1929 fue asesinado por esbirros machadistas terminando así a los 25 años la fértil y explosiva vida de este paradigma de la juventud cubana de todos los tiempos.
Ya para entonces Julio Antonio Mella había rebasado los marcos estudiantiles y se había convertido en un líder político de alcance nacional, y eso era demasiado para el rectorado universitario y para sus enquilosados profesores como los llamó el joven revolucionario.
Mella había matriculado en la Universidad de La Habana en septiembre de 1922 la carrera de Derecho y Filosofía y Letras. En ese mismo año encabezó la reforma universitaria, creó la Revista Alma Mater y fundó la Federación Estudiantil Universitaria. En 1923 organizó el Primer Congreso de Estudiantes y en junio fue electo Presidente de la FEU.
Con apenas 22 años Mella fue aceptado en la Agrupación Comunista de La Habana, que en 1925 daría paso al primer Partido Comunista de Cuba del cual Julio Antonio fue electo miembro de su Comité Central junto con Carlos Baliño, fundador también del Partido Revolucionario Cubano con José Martí, en MIL 892.
Poco después de ser expulsado de la Universidad de La Habana Mella protagonizó su célebre huelga de hambre de 16 días al ser acusado de cometer actos terroristas al explotar varios petardos que fueron colocados por los propios sicarios del régimen del tirano Gerardo Machado.
Al ser puesto en libertad por presión popular, Julio Antonio Mella salió de Cuba en 1926 como polizón en un barco que lo llevó a Honduras donde fue encarcelado y amenazado de deportación por lo que se trasladó a Guatemala y después a Méjico que lo recibió como un hijo, permaneciendo en el país azteca hasta que el 10 de enero de 1929 fue asesinado por esbirros machadistas terminando así a los 25 años la fértil y explosiva vida de este paradigma de la juventud cubana de todos los tiempos.
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