Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 28 sep.— Para Cuba y los cubanos, el 28 de septiembre de 1960, hace hoy 55 años, fue una jornada doblemente histórica, en primer lugar, porque regresó a la patria nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro, después de 10 días de intenso batallar en las propias entrañas del imperio yanqui, donde participó en la Decimoquinta Asamblea General de la ONU, y en segundo lugar, porque durante el acto de bienvenida a la delegación que él encabezó fueron creados los Comités de Defensa de la Revolución, (CDR), la más poderosa organización de masas del país, que cuenta hoy con 8 millones de miembros.
Santiago de Cuba, 28 sep.— Para Cuba y los cubanos, el 28 de septiembre de 1960, hace hoy 55 años, fue una jornada doblemente histórica, en primer lugar, porque regresó a la patria nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro, después de 10 días de intenso batallar en las propias entrañas del imperio yanqui, donde participó en la Decimoquinta Asamblea General de la ONU, y en segundo lugar, porque durante el acto de bienvenida a la delegación que él encabezó fueron creados los Comités de Defensa de la Revolución, (CDR), la más poderosa organización de masas del país, que cuenta hoy con 8 millones de miembros.
Todavía en la mañana de ese miércoles 28
de septiembre de 1960, Fidel se reunió en la sede de la ONU con el
Mariscal Tito, máximo dirigente de Yugoeslavia y con el Presidente de
Egipto, Gamal Abdel Nasser, trasladándose en horas del mediodía al
aeropuerto neoyorkino donde ofreció una conferencia de prensa, para
luego abordar el avión que lo trajo de regreso a la patria, llegando a
la terminal aérea José Martí a las 6 y 46 minutos de la tarde, siendo
aclamado por miles de personas que allí se concentraron.
Del aeropuerto capitalino el Comandante en Jefe Fidel Castro se trasladó hasta el antiguo Palacio Presidencial, donde se habían concentrado cerca de un millón de compatriotas que a su llegada entonaron las notas del Himno Nacional iniciándose el masivo acto en el cual el jefe de la revolución contó sus impresiones sobre la crucial batalla librada en la ONU, reconociendo la actitud amistosa y solidaria de los habitantes de la barriada negra de Harlem, en Nueva York.
Durante el discurso de Fidel se escucharon algunas explosiones de petardos hechos estallar por el enemigo, señalando el Comandante en Jefe que por cada uno de ellos la Revolución construiría casas, círculos sociales, abriría una fábrica, nacionalizaría un central azucarero y un banco yanqui, crearía cien escuelas, dictaría una Ley Revolucionaria y habría por lo menos mil milicianos mas, palabras que fueron largamente ovacionadas.
Más adelante señaló Fidel: “Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo, están jugando con el pueblo, y no saben todavía la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo”. Acto seguido el Comandante en Jefe planteó: “Vamos a establecer un sistema de vigilancia colectiva (…), le implantaremos un comité de vigilancia colectiva en cada manzana, para que el pueblo vigile, para que el pueblo observe y para que vean que cuando la masa del pueblo se organiza, no hay imperialista, ni vendido a los imperialistas que pueda moverse”.
Así ha sido durante los 55 años de creados los CDR, que desde entonces se han convertido en el enemigo mas odiado del imperialismo yanqui, porque aprendió bien la lección de que cada mujer y hombre revolucionarios, cada cederista, es un soldado con los ojos bien abiertos y la guardia en alto, en defensa de la patria, de la Revolución y del Socialismo.
Del aeropuerto capitalino el Comandante en Jefe Fidel Castro se trasladó hasta el antiguo Palacio Presidencial, donde se habían concentrado cerca de un millón de compatriotas que a su llegada entonaron las notas del Himno Nacional iniciándose el masivo acto en el cual el jefe de la revolución contó sus impresiones sobre la crucial batalla librada en la ONU, reconociendo la actitud amistosa y solidaria de los habitantes de la barriada negra de Harlem, en Nueva York.
Durante el discurso de Fidel se escucharon algunas explosiones de petardos hechos estallar por el enemigo, señalando el Comandante en Jefe que por cada uno de ellos la Revolución construiría casas, círculos sociales, abriría una fábrica, nacionalizaría un central azucarero y un banco yanqui, crearía cien escuelas, dictaría una Ley Revolucionaria y habría por lo menos mil milicianos mas, palabras que fueron largamente ovacionadas.
Más adelante señaló Fidel: “Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo, están jugando con el pueblo, y no saben todavía la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo”. Acto seguido el Comandante en Jefe planteó: “Vamos a establecer un sistema de vigilancia colectiva (…), le implantaremos un comité de vigilancia colectiva en cada manzana, para que el pueblo vigile, para que el pueblo observe y para que vean que cuando la masa del pueblo se organiza, no hay imperialista, ni vendido a los imperialistas que pueda moverse”.
Así ha sido durante los 55 años de creados los CDR, que desde entonces se han convertido en el enemigo mas odiado del imperialismo yanqui, porque aprendió bien la lección de que cada mujer y hombre revolucionarios, cada cederista, es un soldado con los ojos bien abiertos y la guardia en alto, en defensa de la patria, de la Revolución y del Socialismo.
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