Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 22 ago.— Terminada a lucha por la independencia de Cuba y fiel a la causa que lo llevó por tres guerras a la manigua, el General Quintín Banderas se opuso a la política del gobierno de la recién estrenada República de entregar la isla a los Estados Unidos como se venía haciendo desde 1902.
Santiago de Cuba, 22 ago.— Terminada a lucha por la independencia de Cuba y fiel a la causa que lo llevó por tres guerras a la manigua, el General Quintín Banderas se opuso a la política del gobierno de la recién estrenada República de entregar la isla a los Estados Unidos como se venía haciendo desde 1902.
Por esa causa Quintín volvió a la
manigua en 1906 para combatir al gobierno sumiso y entreguista de Tomás
Estrada Palma, quien había traicionado los ideales de la Revolución
Martiana, por los cuales se aportó tanta sangre y sacrificios.
Engañado y traicionado el 22 de agosto de 1906, hace hoy 109 años, el insigne patriota Quintín Banderas fue vilmente asesinado en La Habana por agentes del gobierno de Estrada Palma, hecho que conmocionó a los cubanos de entonces que de diversas formas manifestaron su protesta por el crimen cometido contra el veterano mambí.
El General Banderas no contaba con la simpatía de los intervencionistas norteamericanos que lo habían calificado de mambí difícil y peligroso, por la sencilla razón de oponerse al dominio de los yanquis en Cuba y mantener estrechas relaciones con obreros, sindicalistas, anarquistas y socialistas.
Quintín Banderas había nacido en Santiago de Cuba el 30 de octubre de 1834, pero desarrolló su infancia en la villa de El Cobre, donde trabajó como carbonero y aprendió la albañilería, oficio que practicaría siempre.
Tan pronto Quintín conoció del alzamiento de Céspedes en La Demajagua se unió a la lucha por la independencia y en solo ocho días de combates ganó los grados de cabo hasta llegar al de General de División en la campaña del 1895.
Su mayor orgullo era haber compartido con su compadre Antonio Maceo la gloriosa Protesta de Baraguá y después, en el 1895, haber realizado la invasión de Oriente a Occidente, como jefe del cuerpo de infantería, considerada la mejor arma del Ejército Libertador.
Hoy 22 de agosto, 109 años después de su vil asesinato, la patria recuerda con orgullo a Quintín Banderas, un patriota que supo llevar hasta las últimas consecuencias los principios de la Revolución Martiana.
Engañado y traicionado el 22 de agosto de 1906, hace hoy 109 años, el insigne patriota Quintín Banderas fue vilmente asesinado en La Habana por agentes del gobierno de Estrada Palma, hecho que conmocionó a los cubanos de entonces que de diversas formas manifestaron su protesta por el crimen cometido contra el veterano mambí.
El General Banderas no contaba con la simpatía de los intervencionistas norteamericanos que lo habían calificado de mambí difícil y peligroso, por la sencilla razón de oponerse al dominio de los yanquis en Cuba y mantener estrechas relaciones con obreros, sindicalistas, anarquistas y socialistas.
Quintín Banderas había nacido en Santiago de Cuba el 30 de octubre de 1834, pero desarrolló su infancia en la villa de El Cobre, donde trabajó como carbonero y aprendió la albañilería, oficio que practicaría siempre.
Tan pronto Quintín conoció del alzamiento de Céspedes en La Demajagua se unió a la lucha por la independencia y en solo ocho días de combates ganó los grados de cabo hasta llegar al de General de División en la campaña del 1895.
Su mayor orgullo era haber compartido con su compadre Antonio Maceo la gloriosa Protesta de Baraguá y después, en el 1895, haber realizado la invasión de Oriente a Occidente, como jefe del cuerpo de infantería, considerada la mejor arma del Ejército Libertador.
Hoy 22 de agosto, 109 años después de su vil asesinato, la patria recuerda con orgullo a Quintín Banderas, un patriota que supo llevar hasta las últimas consecuencias los principios de la Revolución Martiana.
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