Por Caridad Franco VegaSantiago de Cuba, 13 may.— En Santiago de Cuba, como en casi todo el país, existe una tendencia que marca el crecimiento de las matriculas en los politécnicos en correspondencia con las necesidades de obreros calificados y de técnicos medios que existen en cada territorio.
Se asegura así la fuerza laboral para
empresas, industrias y talleres y también se capacita a los jóvenes para
la inserción en las formas no estatales de trabajo.
Prepararlos para la vida para que sean hombres y mujeres de bien, capaces de ganar su sustento con esfuerzo propio, y al mismo tiempo sean útiles socialmente; son preceptos que guían la formación de técnicos medios y obreros calificados.
Así transcurre la enseñanza en el politécnico santiaguero Julio Fucik, ubicado en el kilómetro 12 y medio de la Carretera de Mar Verde.
Aquí unos 413 jóvenes se preparan en más de 16 especialidades que incluyen: tecnología de los procesos del petróleo, mecánica, transporte, eléctrica entre otras.
El claustro de profesores está completo, los docentes se superan, los alumnos se insertan en centros laborales durante sus prácticas, y también se entrenan en las 3 aulas anexas con que cuentan, donde adquieren y desarrollan habilidades profesionales.
La realización de los forum a nivel de base cobra en esta escuela especial importancia pues se presentan diversos proyectos que ofrecen soluciones a problemas concretos existentes en la propia comunidad, como lo son la fabricación de piezas de repuesto y la sustitución de importaciones.
Diversas son las motivaciones y expectativas de los jóvenes que se preparan aquí, algunos se inclinan por comenzar a laborar de inmediato, otros desean continuar estudios superiores. Lo cierto es que al culminar su preparación todos estarán capacitados para insertarse en los procesos productivos estatales, o cubrir la creciente demanda de la actividad cuentapropista de sus territorios.
Prepararlos para la vida para que sean hombres y mujeres de bien, capaces de ganar su sustento con esfuerzo propio, y al mismo tiempo sean útiles socialmente; son preceptos que guían la formación de técnicos medios y obreros calificados.
Así transcurre la enseñanza en el politécnico santiaguero Julio Fucik, ubicado en el kilómetro 12 y medio de la Carretera de Mar Verde.
Aquí unos 413 jóvenes se preparan en más de 16 especialidades que incluyen: tecnología de los procesos del petróleo, mecánica, transporte, eléctrica entre otras.
El claustro de profesores está completo, los docentes se superan, los alumnos se insertan en centros laborales durante sus prácticas, y también se entrenan en las 3 aulas anexas con que cuentan, donde adquieren y desarrollan habilidades profesionales.
La realización de los forum a nivel de base cobra en esta escuela especial importancia pues se presentan diversos proyectos que ofrecen soluciones a problemas concretos existentes en la propia comunidad, como lo son la fabricación de piezas de repuesto y la sustitución de importaciones.
Diversas son las motivaciones y expectativas de los jóvenes que se preparan aquí, algunos se inclinan por comenzar a laborar de inmediato, otros desean continuar estudios superiores. Lo cierto es que al culminar su preparación todos estarán capacitados para insertarse en los procesos productivos estatales, o cubrir la creciente demanda de la actividad cuentapropista de sus territorios.
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