Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 9 abr.— Si bien la Comandancia General del Ejército Rebelde consideraba que en abril de 1958, no existían las condiciones objetivas y subjetivas para el triunfo de una Huelga General Revolucionaria, suscribió la convocatoria para ese fin en nombre del Movimiento 26 de Julio y además, orientó a todos los mandos rebeldes apoyar el paro con el desarrollo de acciones combativas en sus respectivos territorios, para distraer las fuerzas de la tiranía sobre lo que sucedería en pueblos y ciudades.
Santiago de Cuba, 9 abr.— Si bien la Comandancia General del Ejército Rebelde consideraba que en abril de 1958, no existían las condiciones objetivas y subjetivas para el triunfo de una Huelga General Revolucionaria, suscribió la convocatoria para ese fin en nombre del Movimiento 26 de Julio y además, orientó a todos los mandos rebeldes apoyar el paro con el desarrollo de acciones combativas en sus respectivos territorios, para distraer las fuerzas de la tiranía sobre lo que sucedería en pueblos y ciudades.
Una de esas acciones llevadas a cabo en
el territorio del II Frente Oriental Frank País García, lo fue el ataque
al Cuartel de Imías, el 9 de abril de 1958, donde perdiera la vida el
capitán Ciro Frías, cuando todavía no había cumplido los 30 años de
edad.
Ciro Frías nació en Bayamo el 10 de diciembre de 1928 y fue uno de los primeros hombres en incorporarse al Ejército Rebelde en enero de 1957, cuando apenas este había comenzado a organizar la lucha en la Sierra Maestra, teniendo su bautismo de fuego en el combate de Altos de Espinosa, el 9 de febrero de ese año, donde mostró coraje y valentía.
Ciro Frías fue uno de los combatientes del Ejército Rebelde que tomó parte en el ataque al cuartel de Uvero, en mayo de 1957, donde se destacó notablemente por su valentía y arrojo, por lo cual fue ascendido al grado de Capitán.
La huelga general se extendió por todo el país aunque no con el empuje necesario para derrocar o hacer tambalear al régimen de Batista, cuyos cuerpos represivos se lanzaron a las calles para reprimir el movimiento, cometiendo más de un centenar de crímenes, fundamentalmente en las ciudades de Santiago de Cuba, Sagua La Grande y La Habana.
Finalmente la Huelga General revolucionaria del 9 de abril de 1958 no cumplió el objetivo de derrocar al régimen del dictador Fulgencio Batista, sino que por el contrario hizo que este se envalentonara y aprovechando la desmoralización del movimiento revolucionario, lanzara sobre la Sierra Maestra una ofensiva general que llamó "Fin de Fidel", con la participación de más de 10 mil soldados, con todos los recursos bélicos necesarios.
En un análisis de esta huelga realizado por Fidel meses después, en el Boletín "Sierra Maestra", el Comandante en Jefe señalaba: "No se puede llevar a un pueblo a una batalla, como puede llevarse a un ejército, si no removiliza adecuadamente para el instante de la acción y eso sucedió el 9 de abril (…) se perdió una batalla, pero no se perdió la guerra".
El tiempo demostraría la claridad de ese pensamiento, pues la ofensiva general de la dictadura sobre el Ejército Rebelde fue derrotada y éste meses después obtuvo la victoria total, apoyado por una Huelga General Revolucionaria de todo el pueblo.
Ciro Frías nació en Bayamo el 10 de diciembre de 1928 y fue uno de los primeros hombres en incorporarse al Ejército Rebelde en enero de 1957, cuando apenas este había comenzado a organizar la lucha en la Sierra Maestra, teniendo su bautismo de fuego en el combate de Altos de Espinosa, el 9 de febrero de ese año, donde mostró coraje y valentía.
Ciro Frías fue uno de los combatientes del Ejército Rebelde que tomó parte en el ataque al cuartel de Uvero, en mayo de 1957, donde se destacó notablemente por su valentía y arrojo, por lo cual fue ascendido al grado de Capitán.
La huelga general se extendió por todo el país aunque no con el empuje necesario para derrocar o hacer tambalear al régimen de Batista, cuyos cuerpos represivos se lanzaron a las calles para reprimir el movimiento, cometiendo más de un centenar de crímenes, fundamentalmente en las ciudades de Santiago de Cuba, Sagua La Grande y La Habana.
Finalmente la Huelga General revolucionaria del 9 de abril de 1958 no cumplió el objetivo de derrocar al régimen del dictador Fulgencio Batista, sino que por el contrario hizo que este se envalentonara y aprovechando la desmoralización del movimiento revolucionario, lanzara sobre la Sierra Maestra una ofensiva general que llamó "Fin de Fidel", con la participación de más de 10 mil soldados, con todos los recursos bélicos necesarios.
En un análisis de esta huelga realizado por Fidel meses después, en el Boletín "Sierra Maestra", el Comandante en Jefe señalaba: "No se puede llevar a un pueblo a una batalla, como puede llevarse a un ejército, si no removiliza adecuadamente para el instante de la acción y eso sucedió el 9 de abril (…) se perdió una batalla, pero no se perdió la guerra".
El tiempo demostraría la claridad de ese pensamiento, pues la ofensiva general de la dictadura sobre el Ejército Rebelde fue derrotada y éste meses después obtuvo la victoria total, apoyado por una Huelga General Revolucionaria de todo el pueblo.
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