Por Israel Hernández Planas
Santiago de Cuba, 18 mar.— No podemos hacer alusión a la belleza de nuestro entorno sin tener en cuenta las bondades que tienen las costas de Santiago de Cuba. Sin embargo la mano del hombre día tras día pone en peligro el desarrollo sostenible del ecosistema costero en el que vivimos y del cual dependemos. Por ello se realizan varias acciones para lograr el saneamiento de estos a lo largo de los 115 kilómetros que conforman uno de los más bellos litorales del Caribe.
Santiago de Cuba, 18 mar.— No podemos hacer alusión a la belleza de nuestro entorno sin tener en cuenta las bondades que tienen las costas de Santiago de Cuba. Sin embargo la mano del hombre día tras día pone en peligro el desarrollo sostenible del ecosistema costero en el que vivimos y del cual dependemos. Por ello se realizan varias acciones para lograr el saneamiento de estos a lo largo de los 115 kilómetros que conforman uno de los más bellos litorales del Caribe.
Pero no es tarea fácil. En la última
década especialistas del centro de estudios multidisciplinarios de zonas
costeras desarrollan múltiples investigaciones sobre el manejo
integrado de las costas. Es una realidad que desde el impacto de
fenómenos naturales hasta los excesos en las capturas de especies
marinas sofocan la vitalidad de nuestras costas.
La pesca ha sido un medio de subsistencia durante siglos. Pero la captura de especies en peligro de extinción que luego serán comercializadas en el mercado ilegal ha ido demarcándose como una actividad creciente. La explotación ilegal y desordenada de las especies marinas ha hecho que tomen partido el Cuerpo de Guardafronteras y organismos como la Empresa Provincial de Protección de la Flora y la Fauna y el Ministerio de la Industria Alimentaria para la protección de las especies marinas que habitan o se desplazan por las aguas territoriales de Santiago de Cuba.
Otro problema se sustenta en los desechos industriales que afectan la vida marina y los manglares. Desde la zona industrial de Santiago de Cuba hasta el municipio Guamá con su Planta Pasteurizadora, los planes de protección medioambiental deben ser una política de seguimiento estricto para minimizar el impacto de las factorías cercanas a las costas. Pero no basta a nivel institucional. La labor de los residentes cercanos a estos enclaves es vital.
Se hace necesario elevar el trabajo cohesionado con las comunidades cerca del mar para lograr un uso más racional de los recursos marinos. También urge lograr una conciencia ecologista que vincule a los pobladores con las acciones empresariales para disminuir los riesgos de contaminación. El desarrollo de actividades para el cuidado, la conservación y la protección de nuestras costas debe ser un empeño sistemático para mantener la diversidad marina en su interacción con la sociedad.
"Hemos presentando un aumento en la captura de los quelonios como la caguama, el tinglado y el carey. Estas tortugas se van haciendo cada día más de difícil avistamiento porque es que entran a poner sus huevos pero ahí mismo las capturan, de modo que hemos centrado los esfuerzos en ese sentido. Ponemos mayor énfasis en los pescadores submarinos por lo que hacemos visitas sorpresivas a los botes que se encuentran en las áreas clasificadas como de interés para así poder ver qué especies es la que han capturado", plantea Naomi Rodríguez de la Guardia, Oficial Inspectora de Pesca perteneciente al Ministerio de la Industria Pesquera.
La captura con artes de pesca masivos como trasmallos que atentan incluso contra los especímenes de talla mínima es otro de los problemas que enfrentan a diario guardafronteras e inspectores.
La pesca ha sido un medio de subsistencia durante siglos. Pero la captura de especies en peligro de extinción que luego serán comercializadas en el mercado ilegal ha ido demarcándose como una actividad creciente. La explotación ilegal y desordenada de las especies marinas ha hecho que tomen partido el Cuerpo de Guardafronteras y organismos como la Empresa Provincial de Protección de la Flora y la Fauna y el Ministerio de la Industria Alimentaria para la protección de las especies marinas que habitan o se desplazan por las aguas territoriales de Santiago de Cuba.
Otro problema se sustenta en los desechos industriales que afectan la vida marina y los manglares. Desde la zona industrial de Santiago de Cuba hasta el municipio Guamá con su Planta Pasteurizadora, los planes de protección medioambiental deben ser una política de seguimiento estricto para minimizar el impacto de las factorías cercanas a las costas. Pero no basta a nivel institucional. La labor de los residentes cercanos a estos enclaves es vital.
Se hace necesario elevar el trabajo cohesionado con las comunidades cerca del mar para lograr un uso más racional de los recursos marinos. También urge lograr una conciencia ecologista que vincule a los pobladores con las acciones empresariales para disminuir los riesgos de contaminación. El desarrollo de actividades para el cuidado, la conservación y la protección de nuestras costas debe ser un empeño sistemático para mantener la diversidad marina en su interacción con la sociedad.
"Hemos presentando un aumento en la captura de los quelonios como la caguama, el tinglado y el carey. Estas tortugas se van haciendo cada día más de difícil avistamiento porque es que entran a poner sus huevos pero ahí mismo las capturan, de modo que hemos centrado los esfuerzos en ese sentido. Ponemos mayor énfasis en los pescadores submarinos por lo que hacemos visitas sorpresivas a los botes que se encuentran en las áreas clasificadas como de interés para así poder ver qué especies es la que han capturado", plantea Naomi Rodríguez de la Guardia, Oficial Inspectora de Pesca perteneciente al Ministerio de la Industria Pesquera.
La captura con artes de pesca masivos como trasmallos que atentan incluso contra los especímenes de talla mínima es otro de los problemas que enfrentan a diario guardafronteras e inspectores.
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