Por María Antonia Medina Téllez
Santiago de Cuba, 2 feb.— La bahía de Santiago de Cuba, segunda más importante del archipiélago cubano, restablece sus posibilidades operacionales y condiciones ambientales como resultado del dragado de sus fondos.
Santiago de Cuba, 2 feb.— La bahía de Santiago de Cuba, segunda más importante del archipiélago cubano, restablece sus posibilidades operacionales y condiciones ambientales como resultado del dragado de sus fondos.
Ese ecosistema- ubicado en la costa
sureste de Cuba- posee un puerto de importancia económica y comercial
muy significativa para el país, pero al mismo tiempo es el más
contaminado luego del de La Habana.
Directivos de la Unidad de Medio Ambiente del territorio oriental dijeron que al extraerse miles de metros cúbicos de sedimentos se reportan mejores condiciones ambientales.
A su vez, especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, junto a toxicólogos santiagueros, continúan monitoreando la repercusión de las dos etapas de dragado en el área, donde ya se observa la restitución de especies de flora y fauna.
Juan Guerra, inversionista principal del puerto Guillermón Moncada, declaró recientemente que el dragado contribuye a reforzar la actividad marítimo-portuaria, mejora la transportación naval y amplía el acceso a los muelles, almacenes de carga y terminales de cruceros y contenedores.
Apuntó que con la construcción de la nueva terminal multipropósito aumentarán las condiciones de diseño y navegación de los canales, ensenadas, radas y fondeaderos, así como también las capacidades operacionales de esa bahía para permitir el acceso a buques de mayor porte y calado.
Un nuevo laboratorio costero se encarga del análisis sistemático de la calidad ambiental y la recuperación.
Asimismo se aplica el proyecto Evaluación toxicológica ambiental por exposición a metales pesados en sedimentos y en los peces, auspiciado por el Fondo Nacional de Medio Ambiente.
Autoridades sanitarias, junto a la Administración Portuaria y otras empresas estatales, vigilan las posibles alteraciones y daños al ecosistema, y el cumplimiento de las medidas de protección que se implementan en beneficio de la salud humana y medioambiental.
Según pesquisas del Centro de Estudios Multidisciplinario de Zonas Costeras (CEMZOC), de la oriental ciudad, las condiciones ecológicas han sido alteradas a través del tiempo por la participación activa del hombre, consecuente modificación de su litoral y contaminación de los ríos y arroyos hacia allí.
Liliana Mesa, quien forma parte del equipo, refirió que durante los estudios aplicaron métodos para definir parámetros del PH, salinidad, demanda química y biológica de oxígeno, contaminación por hidrocarburo y metales pesados, entre otros, a fin de conocer y accionar ante los problemas que afectan el agua de la ensenada.
Destacó que, además del desarrollo vertiginoso de la urbe en las últimas décadas y el surgimiento de nuevos repartos y zonas industriales no vinculadas al sistema de alcantarillado, allí se encuentran ubicados el puerto, numerosas industrias y fondeaderos para embarcaciones.
Directivos de la Unidad de Medio Ambiente del territorio oriental dijeron que al extraerse miles de metros cúbicos de sedimentos se reportan mejores condiciones ambientales.
A su vez, especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, junto a toxicólogos santiagueros, continúan monitoreando la repercusión de las dos etapas de dragado en el área, donde ya se observa la restitución de especies de flora y fauna.
Juan Guerra, inversionista principal del puerto Guillermón Moncada, declaró recientemente que el dragado contribuye a reforzar la actividad marítimo-portuaria, mejora la transportación naval y amplía el acceso a los muelles, almacenes de carga y terminales de cruceros y contenedores.
Apuntó que con la construcción de la nueva terminal multipropósito aumentarán las condiciones de diseño y navegación de los canales, ensenadas, radas y fondeaderos, así como también las capacidades operacionales de esa bahía para permitir el acceso a buques de mayor porte y calado.
Un nuevo laboratorio costero se encarga del análisis sistemático de la calidad ambiental y la recuperación.
Asimismo se aplica el proyecto Evaluación toxicológica ambiental por exposición a metales pesados en sedimentos y en los peces, auspiciado por el Fondo Nacional de Medio Ambiente.
Autoridades sanitarias, junto a la Administración Portuaria y otras empresas estatales, vigilan las posibles alteraciones y daños al ecosistema, y el cumplimiento de las medidas de protección que se implementan en beneficio de la salud humana y medioambiental.
Según pesquisas del Centro de Estudios Multidisciplinario de Zonas Costeras (CEMZOC), de la oriental ciudad, las condiciones ecológicas han sido alteradas a través del tiempo por la participación activa del hombre, consecuente modificación de su litoral y contaminación de los ríos y arroyos hacia allí.
Liliana Mesa, quien forma parte del equipo, refirió que durante los estudios aplicaron métodos para definir parámetros del PH, salinidad, demanda química y biológica de oxígeno, contaminación por hidrocarburo y metales pesados, entre otros, a fin de conocer y accionar ante los problemas que afectan el agua de la ensenada.
Destacó que, además del desarrollo vertiginoso de la urbe en las últimas décadas y el surgimiento de nuevos repartos y zonas industriales no vinculadas al sistema de alcantarillado, allí se encuentran ubicados el puerto, numerosas industrias y fondeaderos para embarcaciones.
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