Por Yulia Nela González Bazán
Santiago de Cuba, 16 feb.— Ernesto Guevara de la Serna, Che, fue un hombre conocido por ser luchador, trabajador y sacrificado. A ello podemos agregar que también fue un hombre lleno de sensibilidad y sencillez con grandes dotes para las letras.
Santiago de Cuba, 16 feb.— Ernesto Guevara de la Serna, Che, fue un hombre conocido por ser luchador, trabajador y sacrificado. A ello podemos agregar que también fue un hombre lleno de sensibilidad y sencillez con grandes dotes para las letras.
Y es que bien es cierto que el Che
dedicó toda su vida a la lucha por la liberación de los pueblos; sin
embargo tuvo tiempo para las letras, tarea que requiere altas dosis de
inspiración y concentración.
La faceta del Che como poeta, periodista y escritor en general tuvo lugar a la par del resto de sus labores tanto profesionales como revolucionarias.
Se dice que desde muy joven dio muestras de su afición por la poesía y de su capacidad para expresar sus sentimientos y experiencias en versos.
Entre 1954 y 1955 durante sus últimos días en Guatemala o cuando se trasladó a México (no se conoce exactamente) escribió dos poemas de corte intimista, donde el Che comienza a dar muestras del desprendimiento que lo caracterizó, de la búsqueda de un futuro, un cambio que todavía él mismo no tenía definido.
Ya estabilizado en México, trabajaba en la sala de alergia del Hospital General de ciudad México, donde inspirado en una anciana que atendió escribió el poema “Vieja María” en 1955. Muestra su identificación con los pobres, los humildes, da señales de su esperanza en el hombre nuevo, en el futuro.
Otro de sus poemas es “Canto a Fidel”, que lo escribió el 7 de julio de 1956, preso en la cárcel mexicana por estar vinculado a los revolucionaros cubanos que se entrenaban para hacer cumplir su sentencia de “ser libre o mártires”. En este el Che reafirma su compromiso con Fidel y la causa de los cubanos y reafirma su decisión de morir por una causa justa.
La faceta del Che como poeta, periodista y escritor en general tuvo lugar a la par del resto de sus labores tanto profesionales como revolucionarias.
Se dice que desde muy joven dio muestras de su afición por la poesía y de su capacidad para expresar sus sentimientos y experiencias en versos.
Entre 1954 y 1955 durante sus últimos días en Guatemala o cuando se trasladó a México (no se conoce exactamente) escribió dos poemas de corte intimista, donde el Che comienza a dar muestras del desprendimiento que lo caracterizó, de la búsqueda de un futuro, un cambio que todavía él mismo no tenía definido.
Ya estabilizado en México, trabajaba en la sala de alergia del Hospital General de ciudad México, donde inspirado en una anciana que atendió escribió el poema “Vieja María” en 1955. Muestra su identificación con los pobres, los humildes, da señales de su esperanza en el hombre nuevo, en el futuro.
Otro de sus poemas es “Canto a Fidel”, que lo escribió el 7 de julio de 1956, preso en la cárcel mexicana por estar vinculado a los revolucionaros cubanos que se entrenaban para hacer cumplir su sentencia de “ser libre o mártires”. En este el Che reafirma su compromiso con Fidel y la causa de los cubanos y reafirma su decisión de morir por una causa justa.
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