Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba 22 ene.— El 22 de enero de 1957, hace 58 años, el incipiente Ejército Rebelde al mando del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz obtuvo su segunda victoria militar contra el ejército batistiano, al liquidar la vanguardia de una poderosa columna de 300 paracaidistas al mando del sanguinario Coronel Sánchez Mosquera, que perseguía a los rebeldes después del combate de La Plata, cinco días antes.
Santiago de Cuba 22 ene.— El 22 de enero de 1957, hace 58 años, el incipiente Ejército Rebelde al mando del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz obtuvo su segunda victoria militar contra el ejército batistiano, al liquidar la vanguardia de una poderosa columna de 300 paracaidistas al mando del sanguinario Coronel Sánchez Mosquera, que perseguía a los rebeldes después del combate de La Plata, cinco días antes.
En el lugar conocido por Llanos del
Infierno, en el firme de la Sierra Maestra y próximo al Río Palma Mocha,
el grupo guerrillero integrado por 30 combatientes, preparó una
minuciosa emboscada para esperar a los soldados, pues la lógica indicaba
que llegarían hasta ese punto en su persecución, dada la existencia de
dos pequeños bohíos de campesinos aunque abandonados.
Al mediodía aparecieron desde dentro los primeros seis soldados batistianos integrantes de la vanguardia que confiadamente se dirigían hacia el punto donde se encontraban las casas de los campesinos. Pero un disparo de Fidel con su fusil de mirilla telescópica fulminó al primer soldado, que marchaba al frente iniciándose un fuerte combate que se extendió por unos treinta minutos.
Como resultado de la emboscada cinco soldados batistiana murieron y uno resultó herido capturándose un fusil semiautomático Garand, con 70 tiros. La guerrilla no tuvo ninguna baja y con su acción logró que la columna de 300 soldados del ejército que le perseguía se alejara de aquel lugar en huída.
Al evaluar esta acción de Llanos del Infierno, en una narración posterior el Comandante Ernesto Che Guevara dijo: “El combate fue de una ferocidad extraordinaria (…) no era una victoria completa, pero tampoco una victoria pírrica.
Habíamos medido nuestra fuerza (30 guerrilleros) con el ejército (300 soldados) en nuevas situaciones y habíamos superado la prueba. Esto nos mejoró mucho el ánimo”
A 58 años del segundo combate victorioso del ejército rebelde, el 22 de enero de 1957 en Llanos del Infierno, podemos recordarlo hoy como una corajuda, optimista y confiada acción camino de la victoria final de la Revolución.
Al mediodía aparecieron desde dentro los primeros seis soldados batistianos integrantes de la vanguardia que confiadamente se dirigían hacia el punto donde se encontraban las casas de los campesinos. Pero un disparo de Fidel con su fusil de mirilla telescópica fulminó al primer soldado, que marchaba al frente iniciándose un fuerte combate que se extendió por unos treinta minutos.
Como resultado de la emboscada cinco soldados batistiana murieron y uno resultó herido capturándose un fusil semiautomático Garand, con 70 tiros. La guerrilla no tuvo ninguna baja y con su acción logró que la columna de 300 soldados del ejército que le perseguía se alejara de aquel lugar en huída.
Al evaluar esta acción de Llanos del Infierno, en una narración posterior el Comandante Ernesto Che Guevara dijo: “El combate fue de una ferocidad extraordinaria (…) no era una victoria completa, pero tampoco una victoria pírrica.
Habíamos medido nuestra fuerza (30 guerrilleros) con el ejército (300 soldados) en nuevas situaciones y habíamos superado la prueba. Esto nos mejoró mucho el ánimo”
A 58 años del segundo combate victorioso del ejército rebelde, el 22 de enero de 1957 en Llanos del Infierno, podemos recordarlo hoy como una corajuda, optimista y confiada acción camino de la victoria final de la Revolución.
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