Por su originalidad, sus más de diez
integrantes dirigidos por el músico Hermes Ramírez, se han convertido
en embajadores culturales de la comunidad caribeña
Por Dayron Chang Arranz
Santiago de Cuba, 30 dic.— Justo entre las lomas de la Sierra Maestra está el Cerro del Cardenillo donde reposa hoy un antiguo pueblo de mineros.
Santiago de Cuba, 30 dic.— Justo entre las lomas de la Sierra Maestra está el Cerro del Cardenillo donde reposa hoy un antiguo pueblo de mineros.
En su punto más elevado se deja ver el
Monumento al Cimarrón exaltando la Rebeldía Esclava.En el otro un templo
se consagra a la Santa Patrona de Cuba.
A 20 kilómetros de la ciudad de Santiago
de Cuba se ubica el poblado de El Cobre, un sitio que en medio de su
recogimiento deja escapar chispazos de caribeñidad.
“Joel James-intelectual y fundador de la
Casa del Caribe, hizo posible que la Stell Band entrara a Cuba, a
Santiago y sobre todo al poblado de El Cobre,” evoca con profunda
pertenencia Hermes Ramírez, director de esta agrupación con sonido
amarimbado.
En aquel entonces, cuentan los más viejos, eran solamente latones originales, barriles que cortaron, perfilaron sus notas musicales y afinaron, con los cuales sustituyeron los instrumentos y voces de una auténtica orquesta. Posteriormente cambiarían por elementos donados por amigos caribeños, formato que han fusionado con la más inconfundible percusión cubana: conga, campana, batería, doble segundo y bajo, entre otros.
Destacó que El Cobre fue el sitio escogido para su creación por la presencia de las minas, ya que en los países caribeños los primeros tocadores de steel fueron trabajadores de la minería. “Aquí, precisó, sus fundadores —en su mayoría trabajadores de la empresa minera de la localidad— tuvieron que construir ellos mismos los instrumentos, afinarlos y echar a andar la banda con recursos propios”
Ramírez, graduado de guitarra del Centro de Superación de su provincia, quien además dirige esta agrupación desde hace unos cinco años, recordó la colaboración de especialistas de Trinidad y Tobago, país caribeño donde existen más de 200 bandas de ese tipo.
“En muchas ocasiones hemos tenido asesoramiento de ellos. Los materiales audiovisuales donde tenemos más o menos la fórmula de cómo aprender. Los trinitarios empezaron a hacer música con unos mambuses, luego con algunas latas que tenían deformación, hasta llegar a los tanques niquelados de petróleo de su país, con el cual lograron hacer una música especial"
“Recientemente estuvimos por Trinidad y nos dimos cuenta de que hay un instrumento que se llama la araña, éste tiene un tejido en todas las formaciones de sus notas y un sonido muy peculiar con un timbre de mucho brillo. Es decir que ellos han modernizando la técnica”
“Se ha mantenido una tradición, que hemos ido perfeccionando y enriqueciendo con la incorporación de jóvenes —siempre del poblado de El Cobre—, con conocimientos musicales elementales y vocación, lo que unido a una preparación más intensa en el dominio de la instrumentación de este formato musical, nos ha permitido lograr lo que hoy mostramos a nuestro pueblo”.
El Festival del Caribe, la Fiesta Iberoamericana, está entre los eventos en los cuales ha participado la única agrupación profesional que tiene el poblado. “Tambien tuvimos la posibilidad de estar en dos ocasiones en Pernambuco, Brasil-afirma Hermes- representando al Caribe con este instrumento y nuestra música caribeña.” Durante 15 días esta
agrupación percusionista probó su talento en plazas cariocas, como parte de una delegación cultural de 65 artistas que abarcó otros colectivos musicales y una representación de la agrupación folclórica Cabildo.
“Luego tuvimos la oportunidad en nuestras vidas como músicos de interpretar el Ave María de Shubert y el tema Virgen Mambisa para el Santo Padre Benedicto XVI durante su visita al Santuario de la Santo Patrona de Cuba. Un gran regocijo que compartimos en otra ocasión cuando actuamos para Leonel Fernández, ex presidente de República Dominicana.”
Al decir de los 14 integrantes que hoy conforman el conjunto el Caribe les ha aportado mucho. “Primeramente los lazos de amistad con otros culturas, la frescura de su música y yo te diría que el tipo de instrumento que tenemos nos genera esa necesidad de tener un contacto directo con lo caribeño”
“A pesar de que tenemos estos instrumentos de otra nacionalidad hacemos la música nuestra. Ahí está la diferencia entre la Stell Band de Cuba y otras del mundo. Nosotros hacemos música de Van Van, pero también interpretamos Bob Marley, Calipso, soca, samba, frebo, maracatú, mambo. Muchos temas del Benny Moré, Electo Rosell –Chepín-, Matamoros. Una gama de géneros diferentes, siempre defendiendo la música cubana con este instrumento, es donde está el secreto nuestro.”
“Con muchos países hemos tenido vínculos musicales. Los festivales del Caribe nos genera esto muy fácilmente cuando vienen agrupaciones de las Bahamas, México, Brasil, Trinidad y Tobago. Vamos tomando sus experiencias y ellos las nuestras. Es decir que hay un lazo de amistad profundo entre todos los países del área, confirmó Hermes Ramírez.”
En aquel entonces, cuentan los más viejos, eran solamente latones originales, barriles que cortaron, perfilaron sus notas musicales y afinaron, con los cuales sustituyeron los instrumentos y voces de una auténtica orquesta. Posteriormente cambiarían por elementos donados por amigos caribeños, formato que han fusionado con la más inconfundible percusión cubana: conga, campana, batería, doble segundo y bajo, entre otros.
Destacó que El Cobre fue el sitio escogido para su creación por la presencia de las minas, ya que en los países caribeños los primeros tocadores de steel fueron trabajadores de la minería. “Aquí, precisó, sus fundadores —en su mayoría trabajadores de la empresa minera de la localidad— tuvieron que construir ellos mismos los instrumentos, afinarlos y echar a andar la banda con recursos propios”
Ramírez, graduado de guitarra del Centro de Superación de su provincia, quien además dirige esta agrupación desde hace unos cinco años, recordó la colaboración de especialistas de Trinidad y Tobago, país caribeño donde existen más de 200 bandas de ese tipo.
“En muchas ocasiones hemos tenido asesoramiento de ellos. Los materiales audiovisuales donde tenemos más o menos la fórmula de cómo aprender. Los trinitarios empezaron a hacer música con unos mambuses, luego con algunas latas que tenían deformación, hasta llegar a los tanques niquelados de petróleo de su país, con el cual lograron hacer una música especial"
“Recientemente estuvimos por Trinidad y nos dimos cuenta de que hay un instrumento que se llama la araña, éste tiene un tejido en todas las formaciones de sus notas y un sonido muy peculiar con un timbre de mucho brillo. Es decir que ellos han modernizando la técnica”
“Se ha mantenido una tradición, que hemos ido perfeccionando y enriqueciendo con la incorporación de jóvenes —siempre del poblado de El Cobre—, con conocimientos musicales elementales y vocación, lo que unido a una preparación más intensa en el dominio de la instrumentación de este formato musical, nos ha permitido lograr lo que hoy mostramos a nuestro pueblo”.
El Festival del Caribe, la Fiesta Iberoamericana, está entre los eventos en los cuales ha participado la única agrupación profesional que tiene el poblado. “Tambien tuvimos la posibilidad de estar en dos ocasiones en Pernambuco, Brasil-afirma Hermes- representando al Caribe con este instrumento y nuestra música caribeña.” Durante 15 días esta
agrupación percusionista probó su talento en plazas cariocas, como parte de una delegación cultural de 65 artistas que abarcó otros colectivos musicales y una representación de la agrupación folclórica Cabildo.
“Luego tuvimos la oportunidad en nuestras vidas como músicos de interpretar el Ave María de Shubert y el tema Virgen Mambisa para el Santo Padre Benedicto XVI durante su visita al Santuario de la Santo Patrona de Cuba. Un gran regocijo que compartimos en otra ocasión cuando actuamos para Leonel Fernández, ex presidente de República Dominicana.”
Al decir de los 14 integrantes que hoy conforman el conjunto el Caribe les ha aportado mucho. “Primeramente los lazos de amistad con otros culturas, la frescura de su música y yo te diría que el tipo de instrumento que tenemos nos genera esa necesidad de tener un contacto directo con lo caribeño”
“A pesar de que tenemos estos instrumentos de otra nacionalidad hacemos la música nuestra. Ahí está la diferencia entre la Stell Band de Cuba y otras del mundo. Nosotros hacemos música de Van Van, pero también interpretamos Bob Marley, Calipso, soca, samba, frebo, maracatú, mambo. Muchos temas del Benny Moré, Electo Rosell –Chepín-, Matamoros. Una gama de géneros diferentes, siempre defendiendo la música cubana con este instrumento, es donde está el secreto nuestro.”
“Con muchos países hemos tenido vínculos musicales. Los festivales del Caribe nos genera esto muy fácilmente cuando vienen agrupaciones de las Bahamas, México, Brasil, Trinidad y Tobago. Vamos tomando sus experiencias y ellos las nuestras. Es decir que hay un lazo de amistad profundo entre todos los países del área, confirmó Hermes Ramírez.”
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