El entonces Presidente de Estados Unidos
Harry Truman, quien ordenó tales genocidios, trató de justificar esos
crímenes ante el mundo señalando que tanto Hiroshima como Nagasaki eran
objetivos militares y que el propósito de los bombardeos fue "evitar
víctimas entre la población civil"
Tal vez ese asesino de marca mayor que fue Truman, creyó que los habitantes de este planeta eran tontos como para no saber que esa justificación era de un cinismo insólito y que Hiroshima y Nagasaki
eran dos apacibles ciudades japonesas donde no existían objetivos militares y que las 300 mil muertes que en total alcanzaron esos bombardeos atómicos eran todos civiles, ancianos, mujeres y niños, ya que una gran parte de los hombres del Japón estaban movilizados en la guerra.
El propio General Douglas MacArthur, gobernador de Japón durante la ocupación de Estados Unidos, dijo después que "no había ninguna necesidad militar de emplear la bomba atómica en 1945". Asimismo, el
alto mando militar norteamericano reconoció que "en las zonas siniestradas no existían objetivos militares algunos"
Sin embargo, años después fue desclasificada la Orden Número 13 emitida el 2 de agosto de MIL 945, es decir, cuatro días antes del primer ataque, la cual señalaba: “Fecha del ataque: 6 de agosto. Objetivo del ataque: la parte histórica y la zona industrial de la ciudad de Hiroshima. Segundo objetivo de reserva: los arsenales y la parte céntrica de la ciudad de Kokula. Tercer objetivo de reserva: la parte céntrica de la ciudad de Nagasaki”
Los objetivos uno y tres, bombardeos a Hiroshima y Nagasaki se cumplieron tal y como lo establecía esa Orden Número 13, pero el segundo objetivo, ataque a Kokula, no se llevó a cabo por el mal tiempo reinante sobre la ciudad, algo por lo cual los habitantes de la misma todavía agradecen a sus dioses haberlos librado de la desgracia provocada por un ataque nuclear en 1945.
A pesar del tiempo transcurrido hasta hoy, ningún gobierno de Estados Unidos se ha disculpado con los japoneses por los genocidas bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki y por las más de 300 MIL víctimas mortales causadas, amén de los que han fallecido desde entonces por las secuelas que dejaron los ataques.
Desde agosto de 1945 hasta hoy, la naturaleza criminal del imperio yanqui no ha cambiado en nada, pues todavía sigue mintiéndole al mundo para inventar guerras como en Afganistán, Iraq, Libia, argumentando proteger la población civil, al igual que quieren hacerlo ahora con Siria, Irán y otros oscuros rincones del planeta que no les convenga el régimen social establecido.
Tal vez ese asesino de marca mayor que fue Truman, creyó que los habitantes de este planeta eran tontos como para no saber que esa justificación era de un cinismo insólito y que Hiroshima y Nagasaki
eran dos apacibles ciudades japonesas donde no existían objetivos militares y que las 300 mil muertes que en total alcanzaron esos bombardeos atómicos eran todos civiles, ancianos, mujeres y niños, ya que una gran parte de los hombres del Japón estaban movilizados en la guerra.
El propio General Douglas MacArthur, gobernador de Japón durante la ocupación de Estados Unidos, dijo después que "no había ninguna necesidad militar de emplear la bomba atómica en 1945". Asimismo, el
alto mando militar norteamericano reconoció que "en las zonas siniestradas no existían objetivos militares algunos"
Sin embargo, años después fue desclasificada la Orden Número 13 emitida el 2 de agosto de MIL 945, es decir, cuatro días antes del primer ataque, la cual señalaba: “Fecha del ataque: 6 de agosto. Objetivo del ataque: la parte histórica y la zona industrial de la ciudad de Hiroshima. Segundo objetivo de reserva: los arsenales y la parte céntrica de la ciudad de Kokula. Tercer objetivo de reserva: la parte céntrica de la ciudad de Nagasaki”
Los objetivos uno y tres, bombardeos a Hiroshima y Nagasaki se cumplieron tal y como lo establecía esa Orden Número 13, pero el segundo objetivo, ataque a Kokula, no se llevó a cabo por el mal tiempo reinante sobre la ciudad, algo por lo cual los habitantes de la misma todavía agradecen a sus dioses haberlos librado de la desgracia provocada por un ataque nuclear en 1945.
A pesar del tiempo transcurrido hasta hoy, ningún gobierno de Estados Unidos se ha disculpado con los japoneses por los genocidas bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki y por las más de 300 MIL víctimas mortales causadas, amén de los que han fallecido desde entonces por las secuelas que dejaron los ataques.
Desde agosto de 1945 hasta hoy, la naturaleza criminal del imperio yanqui no ha cambiado en nada, pues todavía sigue mintiéndole al mundo para inventar guerras como en Afganistán, Iraq, Libia, argumentando proteger la población civil, al igual que quieren hacerlo ahora con Siria, Irán y otros oscuros rincones del planeta que no les convenga el régimen social establecido.
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