Por Cary Franco Vega
Eduardo Rivero Walker, nombre obligado de la danza cubana, fue director fundador, la Compañía Danza Teatro del Caribe. Hoy cuando ya no está físicamente es guía inspirador para el desarrollo artístico de su compañía
Santiago de Cuba, 13 may.— Luz que ilumina las almas de los ancestros, rituales que cobran vida y fuerza, toda la riqueza de las culturas afrocaribeñas hacen que resplandezca "La luz", obra que acaba de estrenar la Compañía Danza Teatro del Caribe como primer gran homenaje músico danzario a quien fuera su fundador y director, el maestro Eduardo Rivero Walker, Premio Nacional de Danza.
Uno de sus discípulos más queridos y aventajados Eduardo Salas se estrena como coreógrafo. El primer bailarín contó con la colaboración de la primera bailarina Mina Williams, juntos se encargaron además del guión y el diseño de vestuario.
La obra es una fusión exquisita entre la danza moderna y las vertientes afrocaribeñas y afro suramericanas. Precisamente, es un homenaje al maestro Rivero, porque fuel él pionero e innovador en la fusión entre la danza contemporánea y el folclor de raíz africana, muy celoso siempre de mostrar, la música y los pasos danzarios puros de este tributo étnico.
"Luz" es un viaje antes y durante la profanación que padecieron los hombres y mujeres africanos en la llamada ruta del esclavo.
Es la abominación de la diáspora y la llegada a tierras nuevas donde aun vejados y sometidos no perdieron sus esencias.
Eduardo Rivero Walker, nombre obligado de la danza cubana, fue director fundador, la Compañía Danza Teatro del Caribe. Hoy cuando ya no está físicamente es guía inspirador para el desarrollo artístico de su compañía
Santiago de Cuba, 13 may.— Luz que ilumina las almas de los ancestros, rituales que cobran vida y fuerza, toda la riqueza de las culturas afrocaribeñas hacen que resplandezca "La luz", obra que acaba de estrenar la Compañía Danza Teatro del Caribe como primer gran homenaje músico danzario a quien fuera su fundador y director, el maestro Eduardo Rivero Walker, Premio Nacional de Danza.
Uno de sus discípulos más queridos y aventajados Eduardo Salas se estrena como coreógrafo. El primer bailarín contó con la colaboración de la primera bailarina Mina Williams, juntos se encargaron además del guión y el diseño de vestuario.
La obra es una fusión exquisita entre la danza moderna y las vertientes afrocaribeñas y afro suramericanas. Precisamente, es un homenaje al maestro Rivero, porque fuel él pionero e innovador en la fusión entre la danza contemporánea y el folclor de raíz africana, muy celoso siempre de mostrar, la música y los pasos danzarios puros de este tributo étnico.
"Luz" es un viaje antes y durante la profanación que padecieron los hombres y mujeres africanos en la llamada ruta del esclavo.
Es la abominación de la diáspora y la llegada a tierras nuevas donde aun vejados y sometidos no perdieron sus esencias.
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