Por Armando Fernández MartíSantiago de Cuba, 30 abr.— Mañana jueves Primero de Mayo más de 615 MIL trabajadores y sus familiares de la provincia Santiago de Cuba, desfilarán por las principales plazas y avenidas de los nueve municipios que conforman el territorio indómito, para como expresara recientemente el Presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro Ruz, “hacer temblar la tierra” en apoyo a la Revolución y en defensa de nuestro Socialismo.
Una vez más la fiesta por el Día
Internacional de la Clase Obrera devendrá en clara advertencia para
nuestros enemigos, sea el que sea, que los santiagueros, los hijos de
Antonio y José Maceo, los hermanos de Frank y Josué País, de Fidel y de
Raúl, conformamos un ejército difícil de derrotar en cualquier campo,
sea el que sea, y eso bien lo saben los que odian la Revolución, que en
esta tierra solo les puede esperar la derrota, si no perecen en la
lucha.
El entusiasmo por la jornada no debe
hacernos perder de vista lo que enarbola la consigna central: “Unidad y
eficiencia por nuestro Socialismo”. Ahí está la clave de la victoria
contra los enemigos, cuyas aspiraciones siempre han sido desunirnos y
estimular males que conduzcan a la ineficiencia obrera, para crear el
caos y el desorden en la economía y de hecho, en la sociedad cubana en
su conjunto.
Por eso, otra de las consignas que se enarbolarán en este Primero de Mayo es la de “Unidos por un Socialismo sostenido y próspero”, porque solo trabajando con eficiencia, con e sentido de lo nuestro, de que cada cual haga lo que tiene que hacer, en la producción y los servicios, podremos lograr la sostenibilidad de nuestro sistema social y la prosperidad que la nación socialista demanda para todos.
Un ejemplo reciente de lo anterior, es el aumento salarial aprobado por el Consejo de Ministros para los trabajadores de la salud. A ellos nadie les regaló nada, sino que con su labor eficiente y sostenida en Cuba y el exterior, permitió al país otorgarle a ese sector en sentido general más prosperidad.
Esa es la prosperidad a la que aspira nuestro socialismo, que cada cual aporte según su capacidad para que reciba según su trabajo. Ningún sector de la economía y los servicios está exento de ese principio, alcanzable solo si se trabaja eficientemente, para que el beneficio no sea solo de determinados sectores, sino de toda la sociedad.
Este Primero de Mayo en la provincia Santiago de Cuba, en sus respectivos municipios la tierra temblará, pero también lo harán los enemigos de la Revolución que saben de sobra que con un pueblo así no se juega, ni se puede separar del camino escogida aquel 16 de abril de MIL 961 cuando Fidel proclamó que esta era una Revolución de los humildes, con los humildes y para los humildes. El principal sostén de esa bandera del socialismo ha sido desde entonces y será la clase obrera.
Por eso, otra de las consignas que se enarbolarán en este Primero de Mayo es la de “Unidos por un Socialismo sostenido y próspero”, porque solo trabajando con eficiencia, con e sentido de lo nuestro, de que cada cual haga lo que tiene que hacer, en la producción y los servicios, podremos lograr la sostenibilidad de nuestro sistema social y la prosperidad que la nación socialista demanda para todos.
Un ejemplo reciente de lo anterior, es el aumento salarial aprobado por el Consejo de Ministros para los trabajadores de la salud. A ellos nadie les regaló nada, sino que con su labor eficiente y sostenida en Cuba y el exterior, permitió al país otorgarle a ese sector en sentido general más prosperidad.
Esa es la prosperidad a la que aspira nuestro socialismo, que cada cual aporte según su capacidad para que reciba según su trabajo. Ningún sector de la economía y los servicios está exento de ese principio, alcanzable solo si se trabaja eficientemente, para que el beneficio no sea solo de determinados sectores, sino de toda la sociedad.
Este Primero de Mayo en la provincia Santiago de Cuba, en sus respectivos municipios la tierra temblará, pero también lo harán los enemigos de la Revolución que saben de sobra que con un pueblo así no se juega, ni se puede separar del camino escogida aquel 16 de abril de MIL 961 cuando Fidel proclamó que esta era una Revolución de los humildes, con los humildes y para los humildes. El principal sostén de esa bandera del socialismo ha sido desde entonces y será la clase obrera.
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