Por Karina Sotomayor Otero
Se conoció Como uno de los mejores retratistas de la ciudad y también como un incansable activista político. Dedicó cuatro décadas a la pedagogía artística y sobrepasó los 50 años en bien de la creación plástica. De hecho fue concebido para la pintura pues fue el único de sus tantos hermanos que se dedicó a esta profesión.
Antonio Salustiano Ferrer Cabello cumplirá en el año venidero, un siglo de ser para Cuba. Nació en Santa Lucía Y Clarín y le vino por herencia familiar la carpintería, la pintura lisa y decorativa así como la restauración. Así forjó su oficio. Figuró entre las figuras más descollantes del arte más allá de su frontera natal.
Inició sus estudios de artes plásticas en 1925, instrucciones que fusionó con la sabiduría para sobrevivir de su padre y las lecciones del pintor dominicano Luis Desangles. Desde entonces comenzó a adentrarse en el mundo de la pintura, el dibujo y la escultura. De su autoría quedaron para la posteridad las célebres imágenes de cantores como Pepe Sánchez, Ñico Saquito, Sindo Garay, entre otros pilares de la música cubana.
El bien llamado “Decano de los pintores santiagueros” fue un activo luchador por las causas justas como las luchas por los derechos estudiantiles; las acciones políticas se incluyeron también entre sus grandes pasiones.
Fue miembro importante del Primer Partido Marxista_ Leninista cubano y Presidente de la Federaciön de Alumnos de la escuela San Alejandro. Fundador además del movimiento Galería, que se convirtió en la célula primaria de la vida socio cultural santiaguera, devino institución cultural de mayor popularidad en la ciudad.
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