Por María Antonia Medina Téllez
La escasez de transporte público resultado del bloqueo económico, comercial y financiero que por más de 50 años impone a Cuba el gobierno de Estados Unidos, impide trasladar 60 millones de pasajeros del oriental territorio por año.
Reinaldo Liens, subdirector de operaciones en la Empresa de Transporte de la provincia de Santiago de Cuba, explicó a la AIN que para el servicio por ómnibus necesitan 750 equipos y como promedio funcionan diariamente 170.
Para demostrarlo el directivo ejemplificó con el municipio cabecera que demanda 350 carros al día y solamente asisten a la población 70 guaguas; el insuficiente estado técnico y el escaso parque automotor dejan un vacío en el servicio de las 138 rutas que existen en toda la provincia.
No obstante, anualmente rebasan los 52 millones de pasajeros por ómnibus, nueve millones por los inspectores estatales en los puntos de embarque y 400 mil por lanchas que enlazan las localidades del litoral, informó Liens.
Leonardo Díaz, director de la empresa del ramo, sostuvo que es doble la explotación de los medios, aunque las normas exijan lo contrario.
El irracional bloqueo afecta a las 36 empresas y dos representativas que operan por vía marítima, aérea, automotor y ferroviaria en el territorio, incluso atenta contra la calidad establecida para cada actividad.
Los mecánicos y obreros de la base de ómnibus Las Américas, en esta urbe, reconocen que son exorbitantes los precios de las partes y piezas de repuesto, lo cual retrasa o deja sin uso equipos que pueden todavía rendir más a la población.
Según Reinaldo Liens, en los primeros seis meses de 2013 reconstruyeron más de 50 ómnibus y entraron en funcionamiento otros 30 fabricados en Guanajay, como alternativa de modelos de carros ante la falta de entidades suministradoras estables.
Rosario Mojena, que depende del servicio para trasladarse a su centro de trabajo en diferentes horarios, asegura que debe salir con un margen de 45 minutos para alcanzar la guagua, esto también afecta el modo y calidad de vida de su familia.
En las paradas los santiagueros se apresuran a entrar en los vehículos, los cuales, casi siempre, llevan demasiadas personas y se complican cuando el viaje es intermunicipal, alegó el doctor Meinardo Zayas.
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