Autor :PL
Por
más de medio siglo los cubanos han vivido bajo los efectos del bloqueo
económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, un grupo
de sanciones y medidas que generan el rechazo casi unánime de la
comunidad internacional.
Según datos oficiales, una cifra
superior al 70 por ciento de los habitantes del país caribeño ha nacido y
crecido con el cerco, el cual incluye prohibiciones al comercio
bilateral y a los viajes de ciudadanos norteamericanos a la isla, salvo
licencias en determinados casos y sujetas a múltiples requisitos.
El
bloqueo consiste además en la imposibilidad de acceder a tecnología
estadounidense o con componentes de ese origen, así como de ingresar a
puertos del país norteño para buques que antes tocaron instalaciones
marítimas cubanas, a menos que pasaran 180 días.
Una de las
medidas más criticadas por gobiernos y organizaciones internacionales
consiste en la persecución por todo el mundo a las transacciones
realizadas por Cuba, práctica que de acuerdo con La Habana se ha
incrementado durante la administración de Barack Obama.
Las leyes
Torricelli (1992) y Helms Burton (1996) constituyen exponentes de la
política de la Casa Blanca de arrogarse el derecho de legislar por y
para otros países en sus relaciones con la isla, llegando a atribuirse
la capacidad de certificar la conducta y acciones de otros estados y de
los nacionales de estos no sujetos a la jurisdicción norteamericana,
denunció la Cancillería cubana.
Durante la presentación del
informe para la Resolución 66/6 de la Asamblea General de la ONU sobre
la necesidad de poner fin al cerco de Washington, el titular de
Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, advirtió del reforzamiento de la
dimensión extraterritorial del bloqueo.
Al respecto, mencionó el
aumento del acoso a las operaciones financieras del país caribeño y de
las multas y amenazas para bancos y compañías de terceras naciones que
tienen vínculos con el mismo.
En recientes declaraciones a Prensa
Latina, el subdirector de Asuntos Multilaterales de la Cancillería,
Rodolfo Benítez, destacó el rechazo mayoritario a esa política aplicada
por sucesivas administraciones estadounidenses.
Se trata de posiciones totalmente aisladas, apuntó el funcionario.
Benítez
recordó que en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas se
ha votado desde 1992 en 20 ocasiones consecutivas a favor del fin del
bloqueo.
CONDENA INTERNACIONAL AL BLOQUEO
Los votos en la
ONU contrarios a las sanciones de Washington han crecido con los años,
de 59 en 1992 a más de 180 desde 2005, por lo que nadie duda de una
nueva condena al cerco el 13 de noviembre de este año, cuando la
Asamblea debata la Resolución 66/6.
Como antecedente, entre el 25
de septiembre y el 1 de octubre de este año, 45 presidentes, primeros
ministros y altos funcionarios se pronunciaron contra el bloqueo durante
el 67 Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones
Unidas.
Para la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, "es momento
de poner fin a ese anacronismo, que es condenado por la inmensa mayoría
de los miembros de las Naciones Unidas", mientras que el jefe de Estado
boliviano, Evo Morales, instó a la Casa Blanca a respetar las
resoluciones de la Asamblea.
Rusia, junto a la inmensa mayoría de
los integrantes de la comunidad internacional, llama al pronto
levantamiento de esta reliquia de la Guerra Fría, señaló por su parte el
titular de Relaciones Exteriores de Moscú, Serguei Lavrov.
También
demandaron en Nueva York el cese del bloqueo representantes de Antigua y
Barbuda, Barbados, Belice, Chile, Dominica, Ecuador, El Salvador,
Granada, Guyana, Jamaica, Nicaragua, Perú, San Vicente y las Granadinas,
Santa Lucia, San Cristóbal y Nieves, Surinam, Trinidad y Tobago,
Uruguay y Venezuela.
Completan la relación: Angola, Bostwana,
Namibia, Gabón, Gambia, Ghana, Guinea Ecuatorial, Lesotho, Mozambique,
Sao Tomé y Príncipe, Seychelles, Sudáfrica, Tanzania, Islas Salomón,
Laos, Nepal, Corea del Norte, Sri Lanka, Vanuatu, Vietnam, Argelia,
Siria y Belarús.
Además, en los últimos meses han fijado postura
contra el bloqueo a Cuba la Unión Africana, la Alianza Bolivariana para
los Pueblos de Nuestra América, el Movimiento de Países No Alineados, la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y varias
organizaciones no gubernamentales.
RECHAZO DENTRO DE LOS PROPIOS ESTADOS UNIDOS
Al
interior de Estados Unidos, la oposición a la política de bloqueo
contra Cuba se hace sentir cada año mediante diversas manifestaciones.
Por
parte de los ciudadanos norteamericanos, una encuesta de la compañía
Angus Reid Public Opinión reveló en febrero de 2012 que el 62 por ciento
de los estadounidenses apoya el restablecimiento de relaciones
diplomáticas entre ambas naciones.
Con respecto al cerco impuesto
por Washington, el 51 por ciento se manifestó en contra, mientras que
el 57 favoreció el fin de los obstáculos que les impiden viajar a la
isla del Caribe.
En el Senado, la posición conciliadora fue
defendida por el presidente del Comité de Energía y Recursos Naturales
de esa entidad, Jeff Bingaman, quien en abril de este año manifestó que
Washington se encuentra desfasado del resto de América en lo referido a
su política hacia Cuba.
"Hemos permitido que nuestra política
hacia Cuba sea dictada por la comunidad cubano-estadounidense en este
país, en vez de que la dicten los intereses nacionales (â??), ya es hora
de que establezcamos relaciones diplomáticas con Cuba y poner fin a
nuestro embargoâ??", sentenció.
Medios de prensa de ese país
también se hicieron eco del reclamo. El periódico Los Ángeles Times
publicó el 17 de abril último un editorial que se manifestaba en contra
de continuar prohibiendo la participación de Cuba en las Cumbres de las
Américas, algo que se repite desde hace 18 años.
El material
enfatizó que Estados Unidos es el único país del hemisferio que no ha
restablecido relaciones diplomáticas con La Habana, además de que los
líderes de esta región ven el "embargo" y el "aislamiento" como
políticas ya anacrónicas propias de la Guerra Fría.
También la
comunidad religiosa se ha sumado a la posición contraria al bloqueo. En
este sentido, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos
envió una carta a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para
solicitar a la administración de Barack Obama la "abolición completa"
del bloqueo y la restauración de los vínculos diplomáticos con Cuba.
El
obispo Richard E. Pates, quien en marzo visitó Cuba durante la estancia
aquí del Papa Benedicto XVI, agregó en la misiva que miembros de
organizaciones religiosas cubanas le habían hablado de los obstáculos
impuestos por el bloqueo al ejercicio de sus labores de caridad.
A
lo largo de 2011 acontecieron numerosos hechos similares a los
descritos, entre los que sobresales los proyectos de ley presentados por
el demócrata por Nueva York Charles Rangel con vistas a cambiar la
política norteamericana hacia Cuba. Los tres proyectos proponían revocar
las leyes del bloqueo, autorizar los viajes de ciudadanos
estadounidenses a la isla, quitar a esta última de la lista de países
patrocinadores del terrorismo y permitir transferencias monetarias
directas con instituciones bancarias del país caribeño.
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