Autor : Jesús Alejandro Sánchez
El deporte moderno se ha convertido en un negocio
bastante lucrativo. Firmas, sponsor, clubes y asociaciones representan a
los más grandes atletas del universo en cualquier disciplina deportiva y
de las ganancias que estos puedan ofrecer dependerá sus resultados
competitivos.
El dinero mueve hoy la actividad física del alto
rendimiento, desde un simple entrenamiento hasta la construcción de una
nueva instalación deportiva. Todos los recursos puestos a funcionar en
torno al desarrollo del potencial humano y por supuesto del
enriquecimiento de muchos.
El movimiento deportivo cubano,
reconocido a nivel mundial, nunca ha tratado al deportista como una
mercancía. Las más disimiles carencias han tenido que soportar los
atletas de esta isla, recrudecidas por el férreo bloqueo impuesto por el
gobierno de los Estados Unidos a Cuba desde hace medio siglo.
Cuba
tiene limitaciones para adquirir implementos deportivos de uso
obligatorio de acuerdo con los reglamentos oficiales de federaciones
internacionales, debido a que la mayor parte de estos son producidos por
compañías estadounidenses y por las restricciones no se pueden comprar
Implementos
de las Marcas Louisville, Wilson, Rawlings y Speedo deben ser compradas
a través de terceras naciones, trayendo consigo que el costo se
duplique. Las disciplinas más afectadas son el atletismo, beisbol, el
tiro con arco, los deportes acuáticos y muchos otros.
Varios
eventos deportivos desarrollados en Cuba sufren afectaciones como
consecuencia del bloqueo. Muchos deportistas estadounidenses se ven
imposibilitados de participar en competiciones en el mayor archipiélago
de las Antillas, imposibilitando de esta manera el necesario fogueo de
nuestros deportistas.
Sólo en Santiago de Cuba existen más de 10
Combinados Deportivos y varios gimnasios de cultura física. La mayoría
presenta serias afectaciones y son muy difíciles de recuperar debido el
veto para tener acceso a nuevos módulos en el mercado estadounidense.
Las
pérdidas causadas por el injusto bloqueo han provocado un deterioro en
la pirámide del alto rendimiento que impide el desarrollo de los nuevos
talentos. Con todos estos inconvenientes vive hoy el deporte cubano,
necesitado sin dudas de que se ponga fin a este injusto bloqueo.
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