Autor : Grisell Pupo Montes de Oca
Si me pidieran relatar lo que más me maravilla de los Comités de Defensa
de la Revolución (CDR), en el aniversario 52 de su constitución
hablaría del significado que han tenido para la unidad del barrio.
Cada
inicio de septiembre da la bienvenida a otra etapa de trabajo para
quienes por más de medio siglo han sumado a la génesis de la
organización: Defender las conquistas de la Revolución en el poder,
otras acciones dirigidas a cultivar valores como la solidaridad, la
amistad, la unidad.
Se torna incesante entonces que unos estemos pendientes a los otros siempre en busca del mejoramiento humano.
Los
cederistas hacen suyas las tareas que se revierten en beneficio
colectivo: Donar sangre, higienizar y embellecer los barrios, estar al
tanto de la formación de los más jóvenes, compete a los más de 58 mil
cederistas que tiene San Luis.
Yo, soy parte de la gran familia
cederista que por el advenimiento del cumpleaños participa en la
limpieza y engalanamiento del barrio y sus alrededores, para llegar a
las 9 de la noche del 27 orgullosa, al igual que mis vecinos, de haber
hecho mucho en favor de la colectividad.
Durante buena parte de
esa madrugada, esperando el 28, se estremecerán las calles de San Luis y
los sitios escogidos en zonas de montaña, la fiesta de los mil 77
Comités mostrará la unidad del vecindario y la alegría por ser parte
activa del proyecto social que defendemos.
En ese mar de gente,
que se reunirá para reír, hacer anécdotas, estimular, trazar nuevas
metas y compartir como familia grande, habrá rostros mozos y arrugados
como muestra de la continuidad de una obra que no acaba; así son los
Comités de Defensa de la Revolución.
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