Autor : Margarita Piedra Cesar
El primero de agosto de 1957, hace hoy 55 años, en ceremonias íntimas
efectuadas en el cementerio Santa Ifigenia, de Santiago de Cuba, fueron
sepultados los restos de los combatientes revolucionarios Frank País
García y Raúl Pujols, cuyos cadáveres se encontraban en depósito en la
morgue de esa necrópolis desde la tarde anterior por haber llegado el
sepelio pasada las cinco de la tarde, hora límite para los
enterramientos.
La noche del 30 de julio, por iniciativa del
Movimiento 26 de Julio la escultora Olga Maidique, profesora de modelado
de la Universidad de Oriente realizó la mascarilla mortuoria del rostro
de Frank, la cual se exhibe en la Casa Museo que lleva su nombre en
esta ciudad.
Tanto al cadáver de Frank como al de Raúl no se le
practicó la autopsia, al considerar los forenses que las causas de sus
fallecimientos eran demasiado evidentes, identificada como Bertillón
166, indicativo con que los esbirros de la tiranía de Santiago de Cuba
trataban de cubrir los crímenes cometidos contra los revolucionarios.
Sin
embargo, en el libro de anotaciones de fallecimientos de esta
necrópolis santiaguera ambas muertes fueron asentadas con imprecisiones;
en el caso de Frank País señalaba: “fecha de muerte, primero de agosto
de 1957, edad 27 años, soltero, hora de fallecimiento 6 de la tarde,
causa de la muerte hemorragia interna”
Por su parte, las
anotaciones hechas en el libro sobre Raúl Pujols indicaban: “edad 39
años, varón, natural de Palma Soriano, causa de la muerte hemorragia
interna”
En los dos casos no se refieren a las numerosas heridas
de balas que presentaban los cuerpos, muestra evidente de los crímenes
cometidos por los esbirros del tirano.
Sobre las 9 de la mañana
de ese primero de agosto de 1957 se efectuaban los enterramientos, el de
Frank provisionalmente, en el patio N, bóveda número 7, perteneciente a
la familia Montoya-Hermosilla, por estar en reparaciones la de los
País-García; mientras que Raúl fue sepultado en el patio X, bóveda
número 8, propiedad de la familia San Miguel-Sánchez.
Coincidentemente,
la fecha en que la venerable madre de los hermanos País, Doña Rosario
García enterraba a su hijo mayor Frank, al mes justo de hacerlo con
Josué, su vástago menor, ella cumplía 58 años de edad, pues había nacido
este día pero 1899, en Galicia, España.
Ese día, la ciudad
rebelde y heroica de Santiago de Cuba amaneció silenciosa; el reclamo de
huelga de miles de voces durante el sepelio en la víspera, comenzaba a
efectuarse, los comercios estaban cerrados, el aeropuerto también, el
transporte público paralizado y las compañías eléctricas y telefónicas
intervenidas por los militares.
55 años después, Frank País
García sigue siendo el más extraordinario combatiente de la Revolución,
el joven y valeroso jefe de acción que guía a su pueblo en las nuevas
batallas que están por delante, cumpliendo así lo sentenciado por Julio
Antonio Mella:”Hay hombres que hasta después de muertos son útiles”
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