Por PL
Mijaín López tocó el rostro de la hazaña. La palmó cariñosamente para
llevarse en la punta de sus dedos el oloroso perfume de la heroicidad
atlética.
Cuatro años después de aquella memorable jornada
dorada de Beijing-2008, vuelve al Olimpo de los Dioses tras ganar su
segunda medalla de oro en el torneo de lucha clásica de los XXX Juegos
Olímpicos de Londres-2012.
López se impuso limpiamente en el
pleito final al estonio Heiki Nabi 2-0, 1-0 y demostró que es en la
actualidad el mejor hombre de los 120 kilogramos en el orbe.Ser
abanderado de mi país por segunda ocasión y volver a ganar una presea de
oro tiene un significado grande para mí. Por segunda ocasión puedo
sacar a mi delegación adelante, dijo a la prensa minutos después de
terminado el combate.
La vieja espina ante el turco Riza Kayaal,
su victimario en el Mundial de Estambul-2011, la pudo sacar en un
combate semifinal que traía el exquisito aroma del oro.
La pelea
final me hubiera gustado contra él, hubiera sido más lindo, pero se
quedó en el camino. No disfutará como lo hago yo ahora, comento risueño.
Su
éxito se lo dedicó a su país, a Herradura, un municipio de la
occidental provincia cubana de Pinar del Río, a su gente. Lo que prometí
lo cumplí, subrayó.
Su medalla es la tercera de la delegación de Cuba presente en los Juegos y ahora ocupa la plaza 13 en el medallero general.
Igualmente de feliz anda su entrenador Carlos Ulacia.
Mijaín
ganó esta medalla en mejores condiciones de las que mostró en
Beijing-2008, ahora estaba mejor preparado, más maduro como atleta,
señaló.
Refirio Ulacia que su alumno cumplió el plan táctico al
pie de la letra, "le dijimos que para el último combate, aunque era el
favorito no se confiara, y así lo hizo".
"Nos sentimos muy orgullosos por esta labor de Mijaín, nosotros siempre confíamos en él, finalizó Ulacia.
Con
29 años en su corpulencia, podría aspirar a subir al podio olímpico una
tercera vez, en los Juegos de Río-2016. Su voluntad y el tiempo lo
dirá.
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