Autor : Ricardo Rodríguez Cabrera
Más de 700 000 servicios han prestado en lo que va de año, los técnicos,
mecánicos y operarios de reparación y mantenimiento de equipos
alectro-domésticos en poder de la población santiaguera, como parte del
Programa de Ahorro Energético.
A pesar del déficit de unos 145
renglones de piezas de recambio, estos trabajadores ofrecieron una
respuesta positiva, que contribuyó a solucionar no pocos problemas a los
usuarios, y permitió que la entidad a la cual pertenecen —la Empresa de
Servicios Técnicos, Personales y del Hogar— sobrecumpliera su plan de
circulación mercantil hasta el mes de julio.
Más de viente
talleres y puntos de barrio asumen la compleja tarea de mantener en
óptimas condiciones las ollas de cocción, refrigeradores, ventiladores y
otros efectos eléctricos de la población.
La capacitación
sistemática y la actualización técnica del personal impulsadas por esta
empresa de la Dirección Provincial de Comercio en Santiago de Cuba, han
permitido incrementar servicios, hacer más integrales a los operarios y
elevar la eficiencia en el trabajo, disminuyendo casi a cero el índice
de retorno de los equipos reparados. Algunos mecánicos de refrigeración
también reparan módulos de cocina.
No obstante persiste cierta
impaciencia en los clientes, por la imposibilidad o demora para resolver
sus problemas, debido a la falta de juntas, chasis de ollas,
resistencias eléctricas, cables de alimentación y otros aditamentos
imprescindibles.
El estado cubano, consciente de esta
problemática, destina importantes recursos financieros para adquirir los
volúmenes y surtidos necesarios de las piezas más deficitarias, y desde
mayo último arriban al país por vía aérea y marítima, las importaciones
procedentes de China. Las mismas son distribuidas de inmediato a los
talleres, donde en correspondencia con la demanda se trata de atender a
quienes solicitan servicios, y ofrecer cobertura también a los casos que
más tiempo llevan esperando solución, a través del Registro de Equipos
Pendientes.
La entrega masiva a la población de módulos de cocina
y otros equipos electrodomésticos de bajo consumo, ha beneficiado a la
economía cubana, con un ahorro sustancial de energía eléctrica. De ahí
el serio interés de la dirección de la Revolución, por garantizar el
óptimo funcionamiento de estos recursos, mediante la red estatal de los
talleres de reparación y mantenimento del Programa de Ahorro Energético.
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