Autor : Orfilio Peláez
A las puertas del venidero Censo Nacional de Población y Viviendas,
previsto del 15 al 24 de septiembre, el país pone a punto todos los
mecanismos involucrados en garantizar la exitosa realización de lo que
constituye, sin duda, la investigación estadística fundamental de
cualquier nación.
El momento resulta oportuno para pasar revista a
la historia de estos eventos en Cuba y algunos de sus hitos más
sobresalientes, tema sobre el cual se han interesado a través de correos
electrónicos y llamadas telefónicas varios lectores de Granma.
Según
la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el primer
censo reconocido como tal tuvo lugar en 1774, y figura también entre los
pioneros en Hispanoamérica. La población registrada fue aproximadamente
de 171 620 habitantes.
A partir de ese momento y hasta el final
del dominio español, hubo otros siete en los años 1792, 1817, 1827,
1841, 1861, 1877 y 1887. Hasta el de 1861 todos obedecieron a la
iniciativa de los Capitanes Generales, y los dos restantes por Real
Orden de la Metrópoli.
De manera particular vale mencionar el de
1841, cuando la cantidad total de habitantes sobrepasó por primera vez
el millón, al reportar 1 007 624.
Bajo la primera intervención
norteamericana en 1899 se realizó el noveno levantamiento censal, cuya
novedad descansó en emplear mujeres en la tarea de enumeradoras y ser de
los primeros en el mundo en tabular los datos mediante tarjetas
perforadas.
Para su época fue un proceso relativamente completo y
abarcó las principales características de la población en cuanto a
sexo, edad, color de la piel, lugar de nacimiento y grado de
instrucción, clasificados por provincias, municipios y barrios. Sirvió,
además, para confeccionar el registro electoral.
Como resultado
de los efectos de la recién concluida guerra contra el colonialismo
español, mostró un decrecimiento en el número de habitantes.
Durante
el periodo republicano se efectuaron censos en 1907, 1919, 1931, 1943 y
1953. Es curioso apuntar que el penúltimo de la lista estuvo a punto de
suspenderse, pues los enumeradores fueron a la huelga para reclamar el
pago de sus bajos salarios.
Si algo trascendió del último
escrutinio poblacional de aquella etapa es que por primera vez apareció
incluido el censo de viviendas en el territorio nacional, mientras el
cuestionario utilizado resultó el mismo empleado en Puerto Rico.
Tras
el triunfo de la Revolución se hicieron levantamientos censales en
1970, 1981 y en el 2002. En opinión de muchos especialistas, el de 1970
marcó un antes y un después, no solo debido a la participación masiva
del pueblo y el respaldo total de los organismos del Estado, sino
también porque usó cuestionarios diseñados básicamente por
investigadores cubanos, la enumeración de las viviendas urbanas fue
hecha en apenas un día de labor, y reflejó los profundos y favorables
cambios experimentados en la vida nacional.
¿MÁS HOMBRES QUE MUJERES?
Si
vamos a las estadísticas de los 17 censos celebrados hasta el momento
en Cuba, llama la atención que siempre hemos tenido más hombres que
mujeres, proporción que en los últimos tiempos tiende a equilibrarse,
pues si en 1970 habían 1 052 varones por cada mil hembras, ya en el 2002
el índice de masculinidad era de 1 003 por cada mil cubanas.
En
términos absolutos, al cierre del 2011 y de acuerdo con la ONEI, la
población del Archipiélago era de 11 247 925 habitantes, de los cuales 5
632 915 son hombres y 5 615 010 mujeres.
Sin embargo, todo
indica que la cantidad de los pertenecientes al primer grupo seguirá
disminuyendo, pues según las más recientes proyecciones, en el 2035
habrán 5 344 674 varones, frente a 5 408 926 mujeres.
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