Autor : Mariano Aldana Villalón
Un poco más de 1500 cubanos han logrado sobrepasar los 100 años de edad.
Una de las últimas personas que ha tenido el privilegio de estar en ese
selecto grupo es la santiaguera Manuela Rivera Garzón.
Desde que
vio la luz por primera vez hace 36 500 días, sus ojos han visto
innumerables escenas durante todo un siglo y sus manos han laborado
incesantemente para brindar a su familia todo el bienestar posible.
Por
eso tiene toda una vida por la que celebrar. Bien lo sabe su numerosa
prole que desbordaron dicha y felicidad por los 100 años de la mujer que
en todos estos años ha sido el centro del hogar. El acontecimiento en
sí la convirtió a su vez en la persona más longeva de la localidad
santiaguera de Sevilla.
Prácticamente no faltó ninguno de sus
descendientes y como era de esperar, las anécdotas de Manuela parecían
que no acabarían nunca.
La familia Rivera Garzón atesora momentos
inolvidables. Cuenta Manuela que ella conoció personalmente a Fidel
después del fallido ataque al Moncada. Rememora que ayudando a su madre a
cargar agua del río, se apareció un hombre que se identificó como
Fidel. Lo llevaron a su casa y le dieron algo de comer y medicina para
los enfermos. Dice que nunca olvidará ese memorable momento.
Ahora
con Manuela se sigue engrosando la cifra de centenarios cubanos que
gracias a su extraordinaria biología han rebasado con crece la esperanza
de vida de la mayoría de los seres humanos.
Quiso la vida
otorgarle a esta admirable anciana el privilegio de vivir un siglo. De
los años venideros seguirá haciendo una fiesta para darle a sus cien
años todo el sentido de una vida plena.
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