Autor :Isabel Zaldívar Diéguez
Por estos días coincidieron emisoras de radio nacionales y locales
realizando llamados a la población a cuidar los árboles. Y es que se
celebrabra el Dia del Arbol en diferentes países, pero de que es una
necesidad imperiosa, nadie lo niega. Es decir, no hay que esperar "Día"
para tan urgente grito en todo el laneta.
Dijo alguien que adora
a la naturaleza que, el árbol "es la tela en que ha de bordarse una
nación". Y es que son muy importantes, tanto en lo ambiental como en lo
social. En o ambiental, porque realizan función hídrica –amortigua la
lluvia- y térmica –da sombra-; pero además reduce la contaminación del
aire, regula el clima, disminuye la velocidad del viento, la
contaminación sonora, y genera biodiversidad.
Qué decir en el aspecto social, si sólo la presencia de ellos mejoran la calidad de vida y revaloran la propiedad social.
Por
otro lado, los bosques regulan el clima a nivel global, ya que reducen
el calentamiento de la atmósfera y regulan el clima de la tierra.
En
las áreas del distrito "José Martí", reparto totalmente de edificios de
la ciudad santiaguera, se sembraron muchos árboles en sus calles,
avenidas y parques; pero particularmente me motivó la siembra gigante en
que participaron sus habitantes, hace alrededor de 20 años, de plantas
de frutas. Recuerdo que eran miles las personas que sembraron matas de
mamoncillo, anón, zapote, níspero, limón, naranja guanábana ytamarindo,
entre otros. El objetivo era la sombra, los frutos y el ambiente
agradable. Muchos quedan todavía, pero otros, en plena lozanía
desaparecieron, porque no sé por qué algunos se toman las atribuciones
de desbaratar lo que otros cimentan y levantan.
De una cosa estoy
segura, si no aprendemos a convivir con los árboles desapareceremos
junto con todo el planeta. no es un capricho, ya convivimos con sitios
de grandes sequías por una parte, y enormes inundaciones por otra: todas
sembrado muerte. El llamado está claro.
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