Por Grisell Pupo Montes de Oca
Al
área de basculador se tira la caña proveniente del campo. Allí se
prepara con la finalidad de que llegue a los molinos lista para
extraerle el guarapo.
Raúl Sosa López, ayudante de basculador con
12 años de experiencia, fue elegido el mejor obrero de su brigada. "Soy
cumplidor, puntual, disciplinado y creo que por eso los demás
compañeros me quieren", dijo a Tvsantiago. "Pero mi brigada es buena
íntegramente, somos muy unidos y ante un problema todos acudimos a
resolverlo". agregó.
En el área de Cristalización del Paquito
Rosales de San Luis, los puntistas desempeñan un papel protagónico.
Estar al tanto de la elaboración del azúcar es una gran responsabilidad
que durante 7 años Nelson Lavernia Suárez ha dirigido desde su puesto
como jefe de brigada. Hoy sus compañeros lo seleccionan como el mejor de
la brigada.
"Es a veces difícil ser el jefe y ser
seleccionado el mejor entre todos, yo creo que no merezco tanto pero
bueno, una gran parte del resultado de mi trabajo se lo debo a ellos,
pues entre todos ponemos la experiencia, la disciplina, el entusiasmo a
la tarea diaria", acotó Nelson a Tvsantiago.
Asimismo en una de
las áreas más altas del central, la de Tanquería, Deysi Vásquez,
prestigia a las de su sexo. "Me siento orgullosa de ser útil desde mi
labor, hasta mi hijo mayor ha venido a ver cómo hago mi trabajo, a la
familia en general le hablo de lo que todos los días realizo y todos me
apoyan; yo la verdad me siento bien, me gusta mucho lo que hago".
Desde
el área de Tanquería del central Paquito Rosales de San Luis sale la
miel para alimentar los tachos. Hace 4 años Deysi Vásquez se encarga, en
tiempo de molienda, de velar porque todo el proceso marche bien desde
su oficio como auxiliar de Tanquería.
Otra mujer llegó hace 15
años al Central Paquito Rosales: Maritza Posená Díaz. De todo este
tiempo, 12 lustros ha dedicado a un solo oficio: el de Operadora de
Cristalizadores en el área de fabricación de azúcar.
"Oiga
periodista, a veces mi fortaleza física me ha ayudado a desempeñar la
labor que tanto me gusta, pues cuando se traba una rueda de esas hay que
estar potente para ponerla normal y a veces acudo a un compañero, pero
cuando no, yo misma la destrabo". Me dijo esta carismática mujer
mientras lanzaba una fuerte carcajada.
Así transcurren estos
últimos días de molienda desde el interior del central Paquito Rosales
de San Luis. Cuando sus equipos operados por entregados trabajadores
logren las cerca de mil 500 toneladas de azúcar que faltan al plan,
todos sin excepción disfrutarán del resultado que sólo en colectivo
puede lograrse.
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