Autor : Armando Fernández Martí
La fecha del 18 de abril unió en la vida y la muerte a dos héroes de
nuestra primera gesta independentista: Carlos Manuel de Céspedes, quien
naciera en este día, pero de 1919 y Miguel Maceo Grajales, caído en
combate por la libertad en una fecha como esta, pero de 1874.
Carlos
Manuel de Céspedes nació en Bayamo en el seno de una familia burguesa
que le permitió residirse como abogado, lo que no impidió que albergara
una concepción independentista de nuevo tipo con pretensiones de liberar
a Cuba del dominio español, mediante la lucha armada, abolir la
esclavitud e instaurar una República democrático-burguesa como proyecto
nacional, ideas que eran compartidas por muchos de sus coterráneos.
En
la práctica Céspedes inició la guerra contra el colonialismo español,
formó un ejército para liberar al país, forjó la doctrina y las
tradiciones combativas de su pueblo y resultó el primer presidente de la
República en Armas. Depuesto en su cargo por la Cámara de
Representantes en MIL 873, caería en combate el 27 de febrero de MIL
874, en San Lorenzo, en la Sierra Maestra, dejándonos como legado estas
palabras: "Los cubanos somos hombres de hierro y podremos resistir las
más duras pruebas. Generación tras generación tomaremos las armas hasta
conquistar la libertad". La historia le dio la razón.
Por su
parte, Miguel Maceo Grajales era el quinto hijo de esa heroica familia
santiaguera. Había nacido el 16 de septiembre de 1852, en Majaguabo, San
Luis, y a pocos días de iniciarse la guerra de independencia el 10 de
octubre de 1868, el joven con sólo 16 años se incorporó a la lucha donde
se destacó por su valor, llegando a alcanzar el grado de Teniente
Coronel combatiendo a las órdenes de su hermano Antonio.
Integrando
la infantería mambisa se trasladó hacia el territorio de Camagüey con
el propósito de tomar parte en el intento invasor de Las Villas que
organizaba el General Máximo Gómez. En ese período participó en combates
victoriosos como Palo Seco, Mojacasabe, El Naranjo, Las Guásimas y San
Miguel de Nuevitas, entre otros, hasta que el 18 de abril de 1874 cae en
el asalto al fortificado poblado de Cascorro en Camagüey cuando solo
tenía 20 años.
Cuentan que cuando Mariana Grajales supo de la
muerte de Miguel, le dijo a Tomás, otro de sus hijos que tenía 15 años:
"La patria es la madre de todos y un hijo debe sustituir al otro",
invitando al muchacho a ocupar el lugar del hermano caído heroicamente,
hace hoy 138 años.
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