Autor :Adis López González
El deporte es otra de las disímiles conquistas de la Revolución Cubana, por lo que tampoco ha estado exento de sufrir los daños del bloqueo económico, comercial y financiero que impone el gobierno norteamericano a la isla durante más de cinco décadas.
Numerosos ejemplos de la aplicación del bloqueo muestran las afectaciones en el orden de los más de 800 mil dólares por concepto de equipamiento fuera de servicio y falta de piezas de repuesto para sus equipos, negando a Cuba el derecho a reparaciones que permitirían una mejor atención a los atletas.
El clavado, como disciplina deportiva, requiere dos trampolines e igual número de bases en la preparación de los atletas de esa especialidad para los Juegos Olímpicos como los de Beijing 2008, debido a la negativa de compañías norteamericanas para la venta de esos medios, Cuba tuvo que pagar al proveedor CARIMEX un total de 23 mil 653 dólares por encima del precio al que se oferta el producto en los Estados Unidos y la compra de cuatro pizarras de judo fue cancelada, incluso después de estar lista la carga para su embarque a Cuba, cuando el proveedor supo que venía hacia Cuba.
En alguno eventos deportivos regionales e internacionales, nuestros atletas afrontan dificultades con las visas, debido a las presiones ejercidas por el gobierno norteamericano, que no se conforma con la realidad de que una pequeña isla bloqueada de manera genocida por la superpotencia imperialista más grande que haya conocido la humanidad, obtenga resultados que la sitúen en posiciones de países desarrollados, con la dignidad de representar a nuestra nación bajo los colores de nuestra enseña nacional. Reciente ejemplo son los resultados obtenidos en los Panamericanos Guadalajara 2011.
Parecería ficción para algunos, pero es la dura realidad de cubanos y cubanas en el mundo del deporte y la sana recreación, en un país donde el deporte es un derecho del pueblo.
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