Autor :Armando Fernández Martí
Por vigésima ocasión y con el voto favorable de 186 países y dos en contra, ayer martes la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución: “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba”
Dicen que veinte años no es nada, pero en este casi si representa una contundente derrota al más poderoso imperio del planeta por parte de la comunidad de naciones del mundo, que no están de acuerdo con la política genocida del bloqueo, con la cual se quiere obligar a Cuba a regresar al pasado humillante de ser una colonia norteamericana en todos los sentidos, utilizando para ello los más crueles métodos, intentando matar a los cubanos de hambre, enfermedades y necesidades.
Y aunque el voto de las Naciones Unidas sea irrelevante para Estados Unidos, lo que está más que demostrado, la votación lograda por la Resolución Cubana debe seguir causando preocupación en los gobernantes del imperio, que se han quedado prácticamente solos en su irracional política de bloqueo contra Cuba, que nisiquiera sus más allegados socios de aventura y otros enemigos de la isla, se han atrevido a hacerle el juego a la nación norteamericana, por no quedar embarrados ante la opinión pública de sus propios pueblos y de la internacional.
Ya nadie cree en los argumentos de Estados Unidos para justificar el bloqueo de que este es un problema bilateral entre los dos países y que sólo se trata de un embargo a la nación caribeña, política que ha cumplido ya más de 50 años desde aquel 6 de abril de MIL 960 cuando el Presidente Dwight Eisenhower señaló: “La mayoría de los cubanos apoya a Castro (…) El único modo para aniquilar ese apoyo interno es provocar el disgusto y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria (…) Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica, lo que provocaría el hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno”
Esa política dictada desde entonces es la misma que han mantenido los gobernantes norteamericanos hasta nuestros días. Y todavía los cubanos seguimos aquí, junto a nuestro Gobierno Revolucionario, en las buenas, en las malas y en las peores, pero firmes en la convicción de que tenemos toda la razón del mundo para seguir siendo libres y soberanos pésele a quien le pese, y que a pesar del bloqueo contamos con un sistema que eleva a su máxima expresión la justicia social. Eso lo sabe el mundo y por eso nos apoya.
Algún día el bloqueo será historia y en ella a Cuba le corresponderá la gloria. Eso que nadie lo dude.
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