Autor :Caridad Franco / Fotografías de: Granma Digital
“Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre,tanta era la afrenta"
Pero a un siglo de su nacimiento las ideas martianas renacieron en aquella generación guiada por el joven abogado Fidel Castro, que el 16 de octubre de 1953 asumió su autodefensa en el juicio donde se le condenaba como líder de los sucesos del Moncada.
En la salita de estudios de enfermería del antiguo hospital civil Saturnino Lora de Santiago de Cuba, se constituyó el tribunal de urgencia. Pilar Seidedos era por aquel entonces una joven jurista que pudo asitir al jucio y rememora como Fidel con voz emocionada inició su intervención diciendo: "Nunca antes un abogado ha tenido que defenderse en circunstancias tan difíciles". Pilar añade que Fidel continuó lamentándose por el asesinato de sus compañeros, pero se recuperó y comenzó a hablar con precisión, valentía y serenidad. Expuso toda la situación político, social y económica del país, lo que fue un desafío y no tuvo reparos.
La tiranía quiso silenciarlo y redujo al máximo el número de participantes. Tres Magistrados y 6 periodistas. En condiciones de hacinamiento se produjo la sesión. Durante 2 horas y media el novel abogado, acusó al gobierno, denunció la realidad del país y planteó el Programa del Moncada. Una vez concluido el juicio cerca de la una y 30 de la tarde, Fidel fue condenado a 15 años de presidio.
Pero su alegato entraba en la historia de la isla, como el Programa Político de la Revolución Cubana.
Considerado entre los cuatro documentos políticos más importante en la historia de Cuba, junto a los Manifiestos del 10 de octubre de 1868 redactado por Carlos Manuel de Céspedes; el de Montecristi, escrito por José Martí, y el programa de la Joven Cuba elaborado por Antonio Guiteras, “La Historia me Absolverá” es esencia y condensación de todo ese legado. Califificado además como un escrito magistral de la oratoria cubana del Siglo XX.
58 años Después de su pronunciamiento "La Historia me Absolverá" mantine su vigencia jurídica y política. La historia no solo absolvió a Fidel, sino que ha hecho que su pensamiento y ejemplo trasciendan nuestras fronteras como símbolo de dignidad, de principios y de esperanzas para los oprimidos que hoy en el mundo luchan y sueñan, crean en los sueños posibles y algún día tendrán un amanecer de victoria, como lo tuvieron los sueños del Moncada.
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