Por Jorge Legañoa Alonso/Foto Omara García Mederos
La Habana, 18 ene.— El embajador de Rusia en Cuba, Mikhail L. Kaminyn, condecoró en esta capital a Eusebio Leal Spengler, historiador de la Ciudad de La Habana, con la Orden de la Amistad, por los méritos del cubano en el fortalecimiento de la unión entre las culturas de ambas naciones.
En ceremonia celebrada en la sede de la legación rusa en la capital cubana y que contó con la presencia de amigos y personalidades del Estado y Gobierno de la Isla, Kaminyn resaltó que se le impuso la alta condecoración a Leal por ser acreedor de un sólido prestigio en los ámbitos académico y social, conquistado a fuerza de talento, sapiencia y sensibilidad.
Destacó la trayectoria del Historiador y su actuación en Cuba y fuera de ella, que han hecho de él y su pensamiento y labor, una presencia insustituible en cualquier recuento de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI en la mayor de las Antillas.
Leal Spengler, quien es acreedor de incontables premios, reconocimientos y condecoraciones nacionales y extranjeras, dijo recibir la Orden de la Amistad como testimonio de las relaciones históricas entre los dos países que nada ni nadie podrá borrar.
Esa amistad entre Rusia y Cuba ha vivido distintos momentos de intensidad a lo largo del tiempo, pero la cultura, el arte, el quehacer revolucionario y el pensamiento dejaron una huella imborrable, subrayó.
Agradeció al presidente Vladimir Putin por la Orden que le fue impuesta y ponderó su figura como líder de esa nación y cómo logró encender nuevamente la llama del culto al pasado de ese país.
Recordó al líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, como impulsor de la amistad entre Rusia y Cuba y su idea de construir en La Habana el templo de la Iglesia Ortodoxa bajo ícono de Nuestra Señora de Kazán, hito trascendental en la armonización de los nexos bilaterales.
Comentó a la prensa que las dos naciones pudieron sortear los obstáculos del tiempo y las circunstancias por los lazos filiales, pues muchos cubanos se casaron allá, tuvieron hijos y fueron incluso cristianizados en la ortodoxia.
No se puede borrar la historia, reiteró, ni la de la Revolución social en Rusia, ni la de la Unión Soviética, con sus luces y sombras, que afirmó debe ser, sobre todo, explicada.
Mikhail L. Kaminyn calificó a Leal Spengler como una personalidad excepcional y un acucioso pensador, consecuente con los retos que ha tenido que enfrentar como amigo de Rusia, y ponderó su labor en la ejecución del templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa en la parte más antigua de la capital cubana.
Apuntó que el aporte del Historiador fue invaluable para erigir la edificación bizantina, proyecto arquitectónico sin precedentes en Cuba, primero en la cuenca del Caribe y uno de los más grandes del hemisferio occidental, que fue asumido por especialistas de la Oficina del Historiador que Leal Spengler dirige, hasta llegar a la consagración del templo en 2008.
Eusebio es un amigo sincero de Rusia y la Orden de la Amistad es símbolo de la fraternidad y el amor entre los pueblos ruso y cubano, en cuyos nexos estará siempre su impronta y la huella del enorme calibre humano que modestamente lleva en su ser, concluyó el Embajador.
La Orden de la Amistad fue constituida en 1972 en la extinta Unión Soviética como Orden de la Amistad de los Pueblos y con anterioridad fue entregada a otros cubanos como Ricardo Cabrisas, ministro de Economía y Planificación, al General de Brigada Arnaldo Tamayo Méndez, primer cosmonauta latinoamericano y a diplomáticos antillanos que se han desempeñado en ese país.
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