Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 26 nov.— El jueves 26 de noviembre de 1958 considerada como la jornada más cruenta de la Batalla de Guisa, el proyectil de un tanque Sherman penetró en la trinchera donde se encontraba el Capitán del Ejército Rebelde Braulio Coroneaux y otros dos combatientes, dejándolos sin vida de forma inmediata.
A Coroneaux, el hombre que según sus compañeros hacía cantar en sus manos la ametralladora 50, al iniciarse el combate el día 20 el Comandante en Jefe le asignó la misión de tomar la Loma del Martillo, en la carretera de Bayamo a Guisa y no permitir que entrara ningún refuerzo para rescatar a los soldados sitiados en el cuartel del poblado.
El bravo Capitán y sus hombres convirtieron aquella loma en un verdadero bastión y uno a uno fueron rechazados los refuerzos que intentaban llegar a Guisa por esa vía, incluyendo los tanques y tanquetas artilladas que traían los soldados del régimen.
Lo anterior hizo que Fidel escribiera a los integrantes de la Emisora Radio Rebelde el 25 de noviembre de 1958 una nota donde les decía: Tenemos una fuerte línea de defensa entre Bayamo y Guisa (…) aquí la pelea es contra tanques pero ya hay uno boca arriba. No tengo aquí a los veteranos, pero la tropa se está portando bien. Coroneaux hecho un león, ha abierto en un firme más de 200 trincheras. Picos y palas por la libre.
Entre los que defendían la Loma del Martillo, al mando de Braulio Coroneaux se encontraba una escuadra del pelotón femenino Las Marianas integrada por Angelina Antolín, Flor Pérez, Rita García, Eva Rodríguez y Ada Bella Acosta, que tuvieron su bautismo de fuego ese mismo día 27 de noviembre de 1958, fecha en que ser recordaba el aniversario 65 de la muerte de la gloriosa madre de Los Maceo.
Con la caída en combate de Braulio Coroneaux, a los 29 años de edad, la Revolución perdía un combatiente de primera línea, el hombre
que siendo sargento del ejército batistiano no estuvo de acuerdo con los crímenes cometidos después del asalto al Moncada y eso lo llevó a prisión, de donde escapó durante los sucesos del 30 de noviembre en Santiago de Cuba y posteriormente, puso sus conocimientos militares al servicio del Ejército Rebelde, donde por su bravura alcanzó el grado de Capitán, siendo ascendido póstumamente a Comandante.
Al cumplirse hoy el 59 aniversario de la caída en combate de este incansable luchador revolucionario, ningún homenaje mejor que la valoración que hizo el Comandante en Jefe Fidel Castro en un informe escrito esa misma noche del 27 de noviembre de 1958, documento que aparece reflejado en el libro La Contraofensiva Estratégica de Fidel: Hemos perdido al mejor oficial con que contábamos: Braulio Coroneaux.
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