Santiago de Cuba, 16 oct.— Plaza de Marte fue sede de importantes jornadas de trabajo y hoy constituye un hermoso exponente del proyecto “Santiago Arde” que beneficia a varios sitios de la urbe.
En medio de heterogéneos estilos
arquitectónicos y variados objetos sociales, la diversidad hace único el
concurrido espacio del popular entorno.
Antes del atardecer, una gran feria abarrotó las calles. La Peña Deportiva aprovechó el confortable espacio del remozado local y como buenos cubanos hablaron y disfrutaron del sano esparcimiento.
Fachadas como las del Café La Gran Sofía, la Tienda de Instrumentos Musicales y de instituciones como el Patio de la Música “Los dos abuelos” hoy se muestran remozadas.
La Industria Alimentaria ofertó a los santiagueros decenas de productos y El Coppelia La Arboleda se extendió algunas cuadras para contar también con la aceptación de niños, jóvenes y adultos. El Fondo Cubano de Bienes Culturales, Industrias Locales, Gastronomía, Cultura se integraron a las disímiles ofertas.
Una sui géneris muestra de cine constituía perspicaz detalle y el aderezo estuvo a cargo de Chaguito.
Pero, sin lugar a dudas, el Complejo Fraternidad: Café Mamá Inés, Retaurante Scala de Milano y Chocolatería Fraternidad, son una muestra de buen gusto, cultura del detalle, símbolo de las aspiraciones de los santiagueros para todos los servicios.
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