Por Bárbara Aroche Cuadro
Santiago de Cuba, 7 nov.— La provincia Santiago de Cuba es una de las que posee mayor densidad poblacional por kilómetros cuadrados a escala nacional, ello hace que existan diariamente concentraciones de personas en espera de ser atendidos en diversas instituciones que brindan servicios a la población independiente del tipo de asistencia de que se trate.
Santiago de Cuba, 7 nov.— La provincia Santiago de Cuba es una de las que posee mayor densidad poblacional por kilómetros cuadrados a escala nacional, ello hace que existan diariamente concentraciones de personas en espera de ser atendidos en diversas instituciones que brindan servicios a la población independiente del tipo de asistencia de que se trate.
Al referirme a la densidad poblacional,
lo hago con el propósito de destacar la situación que hoy enfrenta el
territorio con respecto a la higiene y el cuidado que hay que mantener
para preservar la salud de la población, sobre todo de aquellos
segmentos más vulnerables como pueden ser los ancianos, los niños y las
mujeres en estado de gestación.
Cuando recorro algunas calles de la ciudad, he observado como propietarios de perros no asumen con responsabilidad el mantenimiento de la higiene de las cuadras cuando dejan que sus animales hagan sus necesidades en cualquier lugar, convirtiéndose este hecho en desagradable para el transeúnte.
Es lógico suponer que mientras mayor sea la cantidad de animales desatendidos por sus dueños, mayor será el área no higiénica y la posibilidad de contraer una enfermedad, pues como sabemos los vectores como las moscas trasladan en sus patas de un lugar al otro este posible foco de infección.
Otro orden de afectaciones a la higiene es la sequía que nos golpea, la cual obliga a aumentar el cuidado con la limpieza por parte de los criadores de animales de corral, por solo citar un ejemplo los cerdos, pues se conoce que a ellos hay que mantenerlos limpios, el fuerte olor que despiden cuando la limpieza es poca, afecta la tranquilidad de los vecinos a la vez que se convierte en otro foco de posible contaminación.
No obstante, una forma para contrarrestar la situación higiénica tiene dos aristas a contemplar: de un lado la responsabilidades como un valor humano, del otro, la actitud que mantenga el ciudadano, sobre todo en lugares públicos que son de uso común, como son las calles y los parques del territorio santiaguero.
Cuando recorro algunas calles de la ciudad, he observado como propietarios de perros no asumen con responsabilidad el mantenimiento de la higiene de las cuadras cuando dejan que sus animales hagan sus necesidades en cualquier lugar, convirtiéndose este hecho en desagradable para el transeúnte.
Es lógico suponer que mientras mayor sea la cantidad de animales desatendidos por sus dueños, mayor será el área no higiénica y la posibilidad de contraer una enfermedad, pues como sabemos los vectores como las moscas trasladan en sus patas de un lugar al otro este posible foco de infección.
Otro orden de afectaciones a la higiene es la sequía que nos golpea, la cual obliga a aumentar el cuidado con la limpieza por parte de los criadores de animales de corral, por solo citar un ejemplo los cerdos, pues se conoce que a ellos hay que mantenerlos limpios, el fuerte olor que despiden cuando la limpieza es poca, afecta la tranquilidad de los vecinos a la vez que se convierte en otro foco de posible contaminación.
No obstante, una forma para contrarrestar la situación higiénica tiene dos aristas a contemplar: de un lado la responsabilidades como un valor humano, del otro, la actitud que mantenga el ciudadano, sobre todo en lugares públicos que son de uso común, como son las calles y los parques del territorio santiaguero.
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