Por Noris Rosado Figueredo
Santiago de Cuba, 10 oct.— Hasta el 8 de octubre, se desarrolla en toda Cuba, la Jornada Camilo-Che, en homenaje a esos dos Héroes, dos hombres, unidos por la historia.
Santiago de Cuba, 10 oct.— Hasta el 8 de octubre, se desarrolla en toda Cuba, la Jornada Camilo-Che, en homenaje a esos dos Héroes, dos hombres, unidos por la historia.
Durante la jornada, miles de pequeños
reciben las pañoletas azules de Moncadistas, y con amor repiten su
consigna de: “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”, en tanto
los jóvenes de las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos de todo el país,
se esfuerzan por ser alegres y combativos como el Héroe de la Sonrisa
Amplia.
No podemos hablar de la Revolución Cubana, sin nombrar a estos dos hombres. Ambos fueron expedicionarios del Yate Granma, dirigidos por Fidel Castro, en diciembre de 1956.
Ya en la Sierra Maestra, se convirtieron en combatientes ejemplares. Por su actitud, fueron ascendidos al rado de Comandante. Los dos, llevaron la invasión de Oriente a Occidente. Y aunque con carácter diferente, ambos se compenetraron muy bien y se ganaron el cariño del pueblo cubano.
En el libro “Camilo, Señor de la Vanguardia”, de William Gálvez, se reseña que al conocer de su ascenso a Comandante, el Héroe de Yaguajay, escribió una carta a Fidel, Comandante en Jefe del Ejército Rebelde, donde le dice: “… Gracias por darme la oportunidad de servir más a esta digna causa, por la cual siempre estaré dispuesto a dar la vida … Más fácil me será dejar de respirar que dejar de ser fiel a su confianza”.
El Che también fue designado Comandante y cumplió misiones muy importantes. En su avance hacia Occidente, dirigió la toma de Santa Clara y el ataque al tren blindado, para evitar que llegara el refuerzo a los soldados del tirano Batista.
Luego del triunfo revolucionario de enero de 1959, los dos se desempeñaron en diferentes cargos y actividades. El 28 de octubre de ese mismo año, en cumplimiento del deber, luego de cumplir una misión contra el traidor Hubert Matos, en Camagüey, el avión en el que viajaba Camilo, se perdió en el mar, y cada año, el pueblo y en especial los niños y jóvenes, rinden homenaje al Señor de la Vanguardia. Muchas serían las páginas a escribir sobre Camilo y Che.
Ernesto Che Guevara, después de ocupar responsabilidades como Presidente del Banco Nacional de Cuba y Ministro de Industrias, entre otros cargos, y partió hacia otras tierras del mundo que reclamaron sus modestos esfuerzos. Fue asesinado en Bolivia y su muerte, lejos de hacer que fuera olvidado, lo convirtió en un paradigma, no sólo en Cuba, sino, en el orbe.
No podemos hablar de la Revolución Cubana, sin nombrar a estos dos hombres. Ambos fueron expedicionarios del Yate Granma, dirigidos por Fidel Castro, en diciembre de 1956.
Ya en la Sierra Maestra, se convirtieron en combatientes ejemplares. Por su actitud, fueron ascendidos al rado de Comandante. Los dos, llevaron la invasión de Oriente a Occidente. Y aunque con carácter diferente, ambos se compenetraron muy bien y se ganaron el cariño del pueblo cubano.
En el libro “Camilo, Señor de la Vanguardia”, de William Gálvez, se reseña que al conocer de su ascenso a Comandante, el Héroe de Yaguajay, escribió una carta a Fidel, Comandante en Jefe del Ejército Rebelde, donde le dice: “… Gracias por darme la oportunidad de servir más a esta digna causa, por la cual siempre estaré dispuesto a dar la vida … Más fácil me será dejar de respirar que dejar de ser fiel a su confianza”.
El Che también fue designado Comandante y cumplió misiones muy importantes. En su avance hacia Occidente, dirigió la toma de Santa Clara y el ataque al tren blindado, para evitar que llegara el refuerzo a los soldados del tirano Batista.
Luego del triunfo revolucionario de enero de 1959, los dos se desempeñaron en diferentes cargos y actividades. El 28 de octubre de ese mismo año, en cumplimiento del deber, luego de cumplir una misión contra el traidor Hubert Matos, en Camagüey, el avión en el que viajaba Camilo, se perdió en el mar, y cada año, el pueblo y en especial los niños y jóvenes, rinden homenaje al Señor de la Vanguardia. Muchas serían las páginas a escribir sobre Camilo y Che.
Ernesto Che Guevara, después de ocupar responsabilidades como Presidente del Banco Nacional de Cuba y Ministro de Industrias, entre otros cargos, y partió hacia otras tierras del mundo que reclamaron sus modestos esfuerzos. Fue asesinado en Bolivia y su muerte, lejos de hacer que fuera olvidado, lo convirtió en un paradigma, no sólo en Cuba, sino, en el orbe.
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