Por Marlene Montoya
Santiago de Cuba, 5 abr.— A un año de iniciados los trabajos arqueológicos en la antigua hacienda cafetalera Fraternidad, en la provincia de Santiago de Cuba, hoy muestra ya descubierta casi todas sus sólidas estructuras productivas y domésticas.
Santiago de Cuba, 5 abr.— A un año de iniciados los trabajos arqueológicos en la antigua hacienda cafetalera Fraternidad, en la provincia de Santiago de Cuba, hoy muestra ya descubierta casi todas sus sólidas estructuras productivas y domésticas.
Yaumara López Segrera, al frente del
equipo por la Oficina del Conservador de la Ciudad, explicó en exclusiva
que estos hallazgos yacían subterráneos, tapados por la capa vegetal
acumulada durante tantos años e, incluso, la propia vegetación, y
recordó que esa hacienda fue construida en la primera mitad el siglo
XIX.
De esa manera, precisó, vieron la luz los tanques de fermentación, secaderos de café, redes de abasto de agua y otras que permitirán llevar a feliz término su restauración y conservación, junto a la casona señorial.
Todo ello requirió de una investigación científica, con una rigurosa metodología, acotó López Segrera.
En el caso de la vivienda, se distingue en medio del lomerío del Consejo Popular de Ramón de las Yaguas por sus dos niveles, gruesos muros y estructura de madera con horcones y vigas inclinadas (arriostres) con características antisísmicas, detalle introducido en Cuba por los franceses.
Es por ello que ha resistido al paso de los siglos y a fenómenos naturales como ciclones y terremotos, ya que sus dueños la concibieron casi como una fortaleza.
La hacienda Fraternidad y el parque arqueológico del mismo nombre están comprendidos dentro del Circuito Dos del proyecto Los caminos del café, que se ejecuta de conjunto con la franco-belga Fundación Malongo, y la Unión Europea para salvar el patrimonio cafetalero en esta región del país.
Precisamente ese sitio será el punto de partida en el recorrido y, además, un museo interactivo, donde los visitantes conocerán la vida de un cafetal, desde la floración de la planta, el fruto, su recogida, procesamiento hasta su degustación.
Habrá un espacio dentro de la casa para el hospedaje de artistas nacionales y extranjeros que deseen inspirarse en ese paisaje campestre, muy interesante para la creación.
Los restantes cafetales en ese perímetro tienen sus estructuras en ruinas, de ahí que se creará un circuito interpretativo y se ubicarán maquetas en cada lugar para su identificación.
De esa manera, precisó, vieron la luz los tanques de fermentación, secaderos de café, redes de abasto de agua y otras que permitirán llevar a feliz término su restauración y conservación, junto a la casona señorial.
Todo ello requirió de una investigación científica, con una rigurosa metodología, acotó López Segrera.
En el caso de la vivienda, se distingue en medio del lomerío del Consejo Popular de Ramón de las Yaguas por sus dos niveles, gruesos muros y estructura de madera con horcones y vigas inclinadas (arriostres) con características antisísmicas, detalle introducido en Cuba por los franceses.
Es por ello que ha resistido al paso de los siglos y a fenómenos naturales como ciclones y terremotos, ya que sus dueños la concibieron casi como una fortaleza.
La hacienda Fraternidad y el parque arqueológico del mismo nombre están comprendidos dentro del Circuito Dos del proyecto Los caminos del café, que se ejecuta de conjunto con la franco-belga Fundación Malongo, y la Unión Europea para salvar el patrimonio cafetalero en esta región del país.
Precisamente ese sitio será el punto de partida en el recorrido y, además, un museo interactivo, donde los visitantes conocerán la vida de un cafetal, desde la floración de la planta, el fruto, su recogida, procesamiento hasta su degustación.
Habrá un espacio dentro de la casa para el hospedaje de artistas nacionales y extranjeros que deseen inspirarse en ese paisaje campestre, muy interesante para la creación.
Los restantes cafetales en ese perímetro tienen sus estructuras en ruinas, de ahí que se creará un circuito interpretativo y se ubicarán maquetas en cada lugar para su identificación.
Es loable la participación de la
comunidad, ahora en las labores de rescate y luego en la gestión del
proyecto, ya que muchos habitantes se reconocen como descendientes de
los antiguos dueños de haciendas, esclavos o personal doméstico, tal
como lo reafirman los apellidos que llevan.
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