Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 2 mar.— El 2 de marzo de 1910, hace 105 años, falleció en Méjico, Pedro Antonio Santacilia y Palacios, otra prestigiosa figura de la intelectualidad santiaguera que luchó por la independencia de su patria y colaboró con el Benemérito de Las Américas, a derrotar la invasión napoleónica en el país azteca.
Santiago de Cuba, 2 mar.— El 2 de marzo de 1910, hace 105 años, falleció en Méjico, Pedro Antonio Santacilia y Palacios, otra prestigiosa figura de la intelectualidad santiaguera que luchó por la independencia de su patria y colaboró con el Benemérito de Las Américas, a derrotar la invasión napoleónica en el país azteca.
Nacido en Santiago de Cuba el 24 de
junio de 1826, en el seno de una familia acomodada, Santacilia se educó
junto a figuras prominentes de la ciudad y se distinguió en los estudios
donde muchos le auguraron un futuro brillante en el campo de las
letras.
Hijo de un teniente granadero del ejército español que tuvo que abandonar la isla debido a discrepancias con la política colonial del autoritario y déspota Gobernador General Manuel Tacón, viajó a España donde el niño terminó sus estudios de bachillerato, regresando a Cuba en 1845 ya con 19 años, moviéndose en os círculos intelectuales y trabajos suyos son publicados en el libro Ensayos Literarios.
Eran esos tiempos en que los criollos buscaban nuevos horizontes y son descubiertas varias conspiraciones. El joven Santacilia se le hace sospechoso a las autoridades coloniales y es detenido, enviado a la prisión del Castillo del Príncipe en La Habana y deportado hacia España ene MIL 852 de donde escapa hacia Estados Unidos radicándose en Nueva Orleans.
Es en esta ciudad norteamericana donde Pedro Antonio conoce al revolucionario mejicano Benito Juárez el cual deposita en él una gran confianza e incluso lo deja a cargo de la familia cuando regresa a Méjico durante la guerra civil.
Siendo secretario de la presidencia de la República Mejicana ocurre la invasión francesa y la instauración del imperio de Maximiliano, pero el santiaguero sigue fiel a su amigo y en 1863 se casa con Manuela, la primogénita de Juárez. En MIL 867 es derrotada la invasión francesa y en la nueva etapa que se abre para el país, Santacilia sería una figura destacada en el movimiento cultural y en lo político. En siete ocasiones fue elegido diputado al Congreso Federal.
Sin embargo, Pedro Antonio no se olvida de lo que ocurre en su tierra natal y acepta el cargo de agente diplomático que le hace la República en Armas, realizando esfuerzos y moviendo sus influencias para que Méjico reconozca el estado de beligerancia presente en Cuba, lo que aprueba Benito Juárez convirtiéndose la nación azteca la primera en reconocer la lucha de los mambises. Lo mismo ocurrió durante la gesta de 1895 liderada por José Martí.
Señala el periodista Armando Fernández Martí que, al proclamarse la República de Cuba en 1902 y abrirse un consulado en Méjico Pedro Antonio Santacilia Y Palacios fue el primero en acudir a esa oficina para que le ratificaran su condición de ciudadano cubano. Al fallecer el 2 de marzo de 1910 este prestigioso hijo de Santiago de Cuba tenía 66 años de edad.
Hijo de un teniente granadero del ejército español que tuvo que abandonar la isla debido a discrepancias con la política colonial del autoritario y déspota Gobernador General Manuel Tacón, viajó a España donde el niño terminó sus estudios de bachillerato, regresando a Cuba en 1845 ya con 19 años, moviéndose en os círculos intelectuales y trabajos suyos son publicados en el libro Ensayos Literarios.
Eran esos tiempos en que los criollos buscaban nuevos horizontes y son descubiertas varias conspiraciones. El joven Santacilia se le hace sospechoso a las autoridades coloniales y es detenido, enviado a la prisión del Castillo del Príncipe en La Habana y deportado hacia España ene MIL 852 de donde escapa hacia Estados Unidos radicándose en Nueva Orleans.
Es en esta ciudad norteamericana donde Pedro Antonio conoce al revolucionario mejicano Benito Juárez el cual deposita en él una gran confianza e incluso lo deja a cargo de la familia cuando regresa a Méjico durante la guerra civil.
Siendo secretario de la presidencia de la República Mejicana ocurre la invasión francesa y la instauración del imperio de Maximiliano, pero el santiaguero sigue fiel a su amigo y en 1863 se casa con Manuela, la primogénita de Juárez. En MIL 867 es derrotada la invasión francesa y en la nueva etapa que se abre para el país, Santacilia sería una figura destacada en el movimiento cultural y en lo político. En siete ocasiones fue elegido diputado al Congreso Federal.
Sin embargo, Pedro Antonio no se olvida de lo que ocurre en su tierra natal y acepta el cargo de agente diplomático que le hace la República en Armas, realizando esfuerzos y moviendo sus influencias para que Méjico reconozca el estado de beligerancia presente en Cuba, lo que aprueba Benito Juárez convirtiéndose la nación azteca la primera en reconocer la lucha de los mambises. Lo mismo ocurrió durante la gesta de 1895 liderada por José Martí.
Señala el periodista Armando Fernández Martí que, al proclamarse la República de Cuba en 1902 y abrirse un consulado en Méjico Pedro Antonio Santacilia Y Palacios fue el primero en acudir a esa oficina para que le ratificaran su condición de ciudadano cubano. Al fallecer el 2 de marzo de 1910 este prestigioso hijo de Santiago de Cuba tenía 66 años de edad.
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