Texto y fotos Ivianna Rodríguez SantanaSantiago de Cuba, 21 mar.— Esta aventura comienza por una carretera sinuosa que describe un camino casi en espiral. Un viaje en ascenso por tierras de la Sierra Maestra, donde la naturaleza conspira para descubrirnos paisajes paradisíacos y únicos.
A más de 23 km de la ciudad de Santiago
de Cuba, nos disponemos a conocer la tercera formación rocosa más grande
del mundo: La Gran Piedra.
La flora existente nos revela un alto
endemismo, destacándose una gran variedad de helechos arborescentes y
flores favorecidas por el clima templado y la alta humedad relativa que
prevalece en esta zona.
Su fauna cuenta con más de 900 especies donde resalta el tocororo, ave nacional cubana.
La
fama de este sitio trasciende las fronteras de la isla. No es usual
poder contemplar la inmensidad de una roca de casi 70 mil toneladas,
ubicada en la cima de una montaña y con dimensiones estimadas en más de
50 metros de largo, 25 de alto y 30 de ancho.
Las leyendas sobre su origen aún no desentrañan el misterio. Cuentan algunos que su existencia se debe al impacto de un meteorito, y otros a la explosión de un volcán submarino.
El ascenso a la cúspide del peñasco se realiza a través de 452 peldaños, donde el visitante se enfrenta al esplendor de múltiples verdores que regala la Naturaleza en estos predios.
A 1234 m sobre el nivel del mar, llegamos a la cima de la Gran Piedra catalogada como la roca de su tamaño a mayor altura en el mundo. Este resulta el mejor balcón natural para admirar entre nubes las montañas, y el mar Caribe.
Pero
La Gran Piedra atesora además, parajes ennoblecidos con la condición de
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como el Cafetal La Isabelica,
restaurada y convertida en un museo de interés histórico cultural.
Esta visita incluye la práctica del senderismo y el cicloturismo para visitantes de todas las nacionalidades.
Así, quedamos inoculados por el misterio del origen de este enorme monolito que como un silencioso centinela ha resguardado por siglos una de las escenografías más perfectas de Cuba y el mundo.
Su fauna cuenta con más de 900 especies donde resalta el tocororo, ave nacional cubana.
La
fama de este sitio trasciende las fronteras de la isla. No es usual
poder contemplar la inmensidad de una roca de casi 70 mil toneladas,
ubicada en la cima de una montaña y con dimensiones estimadas en más de
50 metros de largo, 25 de alto y 30 de ancho.Las leyendas sobre su origen aún no desentrañan el misterio. Cuentan algunos que su existencia se debe al impacto de un meteorito, y otros a la explosión de un volcán submarino.
El ascenso a la cúspide del peñasco se realiza a través de 452 peldaños, donde el visitante se enfrenta al esplendor de múltiples verdores que regala la Naturaleza en estos predios.
A 1234 m sobre el nivel del mar, llegamos a la cima de la Gran Piedra catalogada como la roca de su tamaño a mayor altura en el mundo. Este resulta el mejor balcón natural para admirar entre nubes las montañas, y el mar Caribe.
Pero
La Gran Piedra atesora además, parajes ennoblecidos con la condición de
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como el Cafetal La Isabelica,
restaurada y convertida en un museo de interés histórico cultural. Esta visita incluye la práctica del senderismo y el cicloturismo para visitantes de todas las nacionalidades.
Así, quedamos inoculados por el misterio del origen de este enorme monolito que como un silencioso centinela ha resguardado por siglos una de las escenografías más perfectas de Cuba y el mundo.
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