Por Kenia Tabares Robles/Fotos José Vladimir Pérez
Visitar la Escuela Taller de Oficios Ugo Luis, de esta
ciudad, es adentrarse en el mágico mundo de la restauración. Y digo
mágico porque los materiales no son lo único que da vida a los
diferentes arreglos.
Los oficios que allí se desarrollan
pueden muy bien ser comparables con el amor, porque se necesita pasión,
paciencia, dedicación y creatividad para dar forma a excepcionales
piezas y espacios que embellecen las edificaciones de nuestra ciudad.
Un hermoso trabajo ejecutan allí jóvenes entre 18 y 29 años. Rescatan para el futuro el patrimonio cultural, y lo hacen con fundamento porque se apoyan en la investigación, el análisis y la documentación antes de intervenir en las obras objeto de rehabilitación.
Por eso es común verlos junto a sus profesores diseñando y construyendo jardines, confeccionando puertas y ventanas para los museos, amoldando el yeso para los capiteles, descubriendo las estructuras de antiguos cafetales o reconstruyendo una farmacia emblemática de la ciudad.
Oficios muchas veces olvidados, actualmente revalidan su utilidad. Según refiere a nuestro sitio Ramón Cobas Avivar, director de la institución, han formado diversas especialidades, albañilería, construcción, plomería, electricidad, arqueología, jardinería, herrería, y todos los jóvenes se insertan en las obras del 500 aniversario de la fundación de la Villa.
Los estudiantes están enfrascados con sus profesores en la restauración del salón principal de la Sala de Artes Decorativas, un área con una decoración fabulosa. Incluso, muchos de los que actualmente forman a los bisoños restauradores fueron alumnos de los centros.
Actualmente 200 estudiantes asumen las distintas obras: la Casa de los Cinco Picos, cercana a la bahía santiaguera, la farmacia Bottino, y apoyan la rehabilitación del Museo La Isabelica, y las instalaciones de Cayo Granma.
La Escuela Taller de Oficios de la restauración Ugo Luisi, de la Oficina del Conservador de la Ciudad, se inserta íntegramente en el panorama de Santiago de Cuba. Una feliz idea que tiene visibles resultados.
Un hermoso trabajo ejecutan allí jóvenes entre 18 y 29 años. Rescatan para el futuro el patrimonio cultural, y lo hacen con fundamento porque se apoyan en la investigación, el análisis y la documentación antes de intervenir en las obras objeto de rehabilitación.
Por eso es común verlos junto a sus profesores diseñando y construyendo jardines, confeccionando puertas y ventanas para los museos, amoldando el yeso para los capiteles, descubriendo las estructuras de antiguos cafetales o reconstruyendo una farmacia emblemática de la ciudad.
Oficios muchas veces olvidados, actualmente revalidan su utilidad. Según refiere a nuestro sitio Ramón Cobas Avivar, director de la institución, han formado diversas especialidades, albañilería, construcción, plomería, electricidad, arqueología, jardinería, herrería, y todos los jóvenes se insertan en las obras del 500 aniversario de la fundación de la Villa.
Los estudiantes están enfrascados con sus profesores en la restauración del salón principal de la Sala de Artes Decorativas, un área con una decoración fabulosa. Incluso, muchos de los que actualmente forman a los bisoños restauradores fueron alumnos de los centros.
Actualmente 200 estudiantes asumen las distintas obras: la Casa de los Cinco Picos, cercana a la bahía santiaguera, la farmacia Bottino, y apoyan la rehabilitación del Museo La Isabelica, y las instalaciones de Cayo Granma.
La Escuela Taller de Oficios de la restauración Ugo Luisi, de la Oficina del Conservador de la Ciudad, se inserta íntegramente en el panorama de Santiago de Cuba. Una feliz idea que tiene visibles resultados.
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