Por Bárbara Deás trobajo/Foto Radio Cadenaz HabanaSantiago de Cuba, 19 nov.— Cuando por primera vez mi niño entendió el mensaje de un payaso me di cuenta de las potencialidades de esta persona que disfrazada con muchos colores, facciones transformadas y atuendos llamativos, es capaz de cambiar por unos instantes estados de ánimos y comportamientos de un pequeño para bien.
Digo esto porque hace unos años atrás mi
príncipe no se estimulaba con las demostraciones de este artista, pero
hoy con su edad de 6 años ya su reacción no es la misma,…. para su
cumpleaños pasado su sueño era disfrutar de un payaso, lo
comprendí…Junto a sus amigos y familiares era otra persona, quizás solo
le faltó colocarse la enorme nariz de esa personita que en todas las
edades alegra corazones y con solo una risa es capaz de aliviar dolores y
mucho más.
Comenzar mi comentario con esta reseña fue para esta reportera vital, escenas como las que vivió mi niño en su cumple tras disfrutar de las virtudes de un payaso, las he vivido en otros escenarios, solo que allí tiene una función diferente.
Me refiero a las salas de Oncología y Hematología pediátrica de los hospitales infantiles de Santiago de Cuba, los payasos allí están pero con la diferencia de que son terapéuticos, medicinales. Los niños los esperan en cada consultas porque aunque no se crea son médicos, técnicos y enfermeros.
Las jeringuillas, el estetoscopio de ocultar, un termómetro pasan inadvertidos porque la maestría de ellos la tienen en sus manos.
Pequeños con rostros diferentes, de angustias por determinadas patologías, madres y familiares igualmente, … llegó el payaso y todo cambió en la sala, la añoranza se percibe siempre porque con ellos se alivian los dolores, se acortan las estadías en los centros asistenciales y hasta la ansiedad se controla.
La relación estrecha del médico con un paciente se evidencia actualmente como una respuesta tan efectiva como los beneficios de un medicamento.
Los payasos terapéuticos que hoy se capacitan en Santiago de Cuba hoy se dispersan por los centros asistenciales infantiles conquistando sonrisas.
Según los doctores Eduardo Montoya especialista en psicología y Manuel Verdecia, Especialista en Oncología pediátrica las intenciones son siempre con el ánimo de convertir el hospital en un lugar de juego y de calidad de vida.
Sin dudas este bondadoso programa que llevan a cabo los payasos terapéuticos garantiza considerables mejorías sobre todo en niños con enfermedades oncológicas y trastornos en su sistema emocional y evidencia la capacidad del médico para establecer empatía con muchos pacientes a partir de sus habilidades de comunicación.
Por ello en la oriental provincia, se capacitan más personas como payasos terapéuticos que decidan llevar su talento a una rama medicinal por medio de la risoterapia y minimizar así gastos en la salud pública cubana.
Comenzar mi comentario con esta reseña fue para esta reportera vital, escenas como las que vivió mi niño en su cumple tras disfrutar de las virtudes de un payaso, las he vivido en otros escenarios, solo que allí tiene una función diferente.
Me refiero a las salas de Oncología y Hematología pediátrica de los hospitales infantiles de Santiago de Cuba, los payasos allí están pero con la diferencia de que son terapéuticos, medicinales. Los niños los esperan en cada consultas porque aunque no se crea son médicos, técnicos y enfermeros.
Las jeringuillas, el estetoscopio de ocultar, un termómetro pasan inadvertidos porque la maestría de ellos la tienen en sus manos.
Pequeños con rostros diferentes, de angustias por determinadas patologías, madres y familiares igualmente, … llegó el payaso y todo cambió en la sala, la añoranza se percibe siempre porque con ellos se alivian los dolores, se acortan las estadías en los centros asistenciales y hasta la ansiedad se controla.
La relación estrecha del médico con un paciente se evidencia actualmente como una respuesta tan efectiva como los beneficios de un medicamento.
Los payasos terapéuticos que hoy se capacitan en Santiago de Cuba hoy se dispersan por los centros asistenciales infantiles conquistando sonrisas.
Según los doctores Eduardo Montoya especialista en psicología y Manuel Verdecia, Especialista en Oncología pediátrica las intenciones son siempre con el ánimo de convertir el hospital en un lugar de juego y de calidad de vida.
Sin dudas este bondadoso programa que llevan a cabo los payasos terapéuticos garantiza considerables mejorías sobre todo en niños con enfermedades oncológicas y trastornos en su sistema emocional y evidencia la capacidad del médico para establecer empatía con muchos pacientes a partir de sus habilidades de comunicación.
Por ello en la oriental provincia, se capacitan más personas como payasos terapéuticos que decidan llevar su talento a una rama medicinal por medio de la risoterapia y minimizar así gastos en la salud pública cubana.
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