Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 10 abr.— Cuba tiene una rica historia donde cada día del calendario recuerda a nuestro pueblo la ocurrencia de un hecho significativo. Y el 10 de abril es una de esas fechas. En 1869, la Asamblea Constituyente reunida en Guáimaro, Camagüey, aprueba la Primera Constitución Cubana e instaura la República en Armas, que eligió como Presidente a Carlos Manuel de Céspedes, el iniciador de nuestras luchas independentistas y en 1892 se crea el Partido Revolucionario Cubano.
Santiago de Cuba, 10 abr.— Cuba tiene una rica historia donde cada día del calendario recuerda a nuestro pueblo la ocurrencia de un hecho significativo. Y el 10 de abril es una de esas fechas. En 1869, la Asamblea Constituyente reunida en Guáimaro, Camagüey, aprueba la Primera Constitución Cubana e instaura la República en Armas, que eligió como Presidente a Carlos Manuel de Céspedes, el iniciador de nuestras luchas independentistas y en 1892 se crea el Partido Revolucionario Cubano.
Para la Revolución en marcha resultaba
necesario crear una estructura de gobierno que le permitiera unir las
acciones contra el colonialismo español dominante en la isla. Sin
embargo, evidentes contradicciones políticas y conceptuales desde un
inicio lastraron el noble empeño de institucionalizar la lucha por la
independencia.
En ese sentido la Asamblea de Guáimaro y la Primera Constitución crearon una República al estilo occidental con los TRES poderes, Jurídico, Ejecutivo y Legislativo, lo que representó un absurdo en medio de la lucha porque como resultado final trajo la claudicación ante España con el Pacto del Zanjón, con una Paz sin independencia, que era el objetivo de la confrontación entre los cubanos y colonialistas.
El propio Carlos Manuel de Céspedes nombrado Presidente de la República en Armas se opuso a tal institución, pues consideraba que la autoridad no debía estar dividida y que la unidad de mando era el camino más acertado para hacer la Revolución. Por ello decía el Padre de la Patria: "Hay que hacer primero la guerra. La República vendrá después". El tiempo le dio la razón.
El 10 de abril de 1892 se crea el Partido Revolucionario Cubano, cuyo fin era dirigir la nueva gesta independentista que se reiniciaría en la isla tres años después, el 24 de febrero de 1895. Como señalan los estatutos: "El Partido Revolucionario Cubano es la unión de pensamiento y voluntad (…), y se constituye para lograr con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absoluta de la isla de Cuba, fomentar y auxiliar la de Puerto Rico".
Al fundarse el Partido Revolucionario el 10 de abril de 1892 elige como su Primer Delegado, es decir su máxima jefatura, a José Martí, que con sólo 39 años de edad, era ya el organizador del Movimiento Revolucionario y la figura capaz de unir voluntades para recomenzar la lucha por la independencia frustrada durante el proceso de 1868.
Digamos entonces, que la Asamblea de Guáimaro que instituyó la República en Armas y la fundación del Partido Revolucionario Cubano, el 10 de abril de 1869 y 1892, respectivamente, quedan en la historia cubana como ejemplo de lo que NO debe y DEBE hacerse por un pueblo en Revolución.
Así lo vemos a luz de más de un siglo.
En ese sentido la Asamblea de Guáimaro y la Primera Constitución crearon una República al estilo occidental con los TRES poderes, Jurídico, Ejecutivo y Legislativo, lo que representó un absurdo en medio de la lucha porque como resultado final trajo la claudicación ante España con el Pacto del Zanjón, con una Paz sin independencia, que era el objetivo de la confrontación entre los cubanos y colonialistas.
El propio Carlos Manuel de Céspedes nombrado Presidente de la República en Armas se opuso a tal institución, pues consideraba que la autoridad no debía estar dividida y que la unidad de mando era el camino más acertado para hacer la Revolución. Por ello decía el Padre de la Patria: "Hay que hacer primero la guerra. La República vendrá después". El tiempo le dio la razón.
El 10 de abril de 1892 se crea el Partido Revolucionario Cubano, cuyo fin era dirigir la nueva gesta independentista que se reiniciaría en la isla tres años después, el 24 de febrero de 1895. Como señalan los estatutos: "El Partido Revolucionario Cubano es la unión de pensamiento y voluntad (…), y se constituye para lograr con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absoluta de la isla de Cuba, fomentar y auxiliar la de Puerto Rico".
Al fundarse el Partido Revolucionario el 10 de abril de 1892 elige como su Primer Delegado, es decir su máxima jefatura, a José Martí, que con sólo 39 años de edad, era ya el organizador del Movimiento Revolucionario y la figura capaz de unir voluntades para recomenzar la lucha por la independencia frustrada durante el proceso de 1868.
Digamos entonces, que la Asamblea de Guáimaro que instituyó la República en Armas y la fundación del Partido Revolucionario Cubano, el 10 de abril de 1869 y 1892, respectivamente, quedan en la historia cubana como ejemplo de lo que NO debe y DEBE hacerse por un pueblo en Revolución.
Así lo vemos a luz de más de un siglo.
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