Por Israel Hernández Planas
Este 15 de abril se conmemoró un aniversario más del
vil ataque mercenario al aeropuerto de Santiago de Cuba en 1961 por
parte de aeronaves al servicio de los estados Unidos. Trabajadores de la
instalación aeroportuaria santiaguera rindieron tributo a las víctimas
de las acciones terroristas contra los aeródromos cubanos, fraguadas por
desde territorio norteamericano.
Cuando se llega al Aeropuerto de Santiago de Cuba pasa desapercibido muchas veces un pequeño busto de Antonio Maceo que en postura desafiante observa el cielo santiaguero. Tal como el 15 de abril de 1961 esta escultura de bronce se hallaba al descubierto y ni su estructura metálica de resistencia probada pudo contener un impacto de proyectil causado por piratas aéreos que al servicio de los Estados Unidos atacaron este aeródromo.
Aunque el artero pase enemigo no causó víctimas en tierra las cicatrices permanecen en el aeropuerto y el busto del Titán es sólo un recordatorio de la acción terrorista. Sin embargo en la Habana no se corrió igual suerte. A 53 años de los bombardeos mercenarios los trabajadores de la aeronáutica en Santiago rindieron tributo a las víctimas de los ataques a las instalaciones aéreas. Aquí se rememoraron las acciones y se destacó la figura del Capitán Orestes Acosta, de la base aérea de Santiago de Cuba, quien perdió la vida en pleno vuelo tratando de hacerle frente a las aeronaves piratas.
Por eso hoy aunque distante en el vuelo el orificio en el busto de maceo y otros impactos en la instalación del hangar recuerdan a los que aquí laboran que el odio puede infligir grandes daños pero que siempre habrá disposición a hacerle frente a la agresión enemiga.
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