Autor : Karina Sotomayor Otero
Esta es la segunda capital de importancia en el país y la historia junto
a su vasto patrimonio cultural respaldan tal posición. Los cultivos, la
zona industrial y la mayoría de las instalaciones y viviendas del
territorio cabecera resultaron dañadas. La riqueza tangible de la
cultura exhibe afectaciones en el disperso universo de todas las
manifestaciones artísticas.
Está fracturado el arte funerario y
una muestra de ello es la realidad que dejó el huracán en el Cementerio
Santa Ifigenia, aunque tumbas de alto valor como el Mausoleo a José
Martí y el Panteón de los Generales, están intactos.
Miles de
casas percibieron daños en toda la región, muchas de ellas, exponentes
de la arquitectura de los siglos XVIII y XIX. Las instalaciones de
reciente remodelación no escaparon a la furia de Sandy. La Oficina del
Conservador de la Ciudad, 15 años atrás remozada, fue vulnerable a los
embates del fenómeno climatológico. La Maqueta de la Ciudad con sus 13
tableros se destruyó y con ella se sacrificaron más de 20 años de
trabajo de todos los especialistas que participaron en su concepción.
Igualmente
dañada la Escuela-Taller Ugo Luisi de la Oficina del Conservador y la
Casa del Ajedrez también ubicada en el Casco Histórico se une a las
viviendas afectadas desde sus cubiertas.
En Santiago de Cuba se
oyó en toda su magnitud la polifonía del silbido de Sandy, desde cada
modalidad constructiva se sintieron los vientos de este huracán
bautizado por los conocedores como la tormenta perfecta. Un evento
climatológico que con un nombre juvenil sacudió las entrañas de una
ciudad añeja con casi cinco siglos de existencia.
Por eso desde
los más longevos hasta los chicos aseveran que Sandy silbó y cantó en
tierra santiaguera. La devastación de la flora ahora nos muestra una
ciudad diferente desde su imaginario; quedaron al descubierto
edificaciones antes resguardadas por una exuberante y centenaria
vegetación.
Si se compara el grado de los estragos con la
paulatina recuperación se concluye que santiagueras, santiagueros y
todos los cubanos solidarios no conocen de derrotas. Sandy quiso bailar
en la casa del trompo y Santiago de Cuba mandó a parar.
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