Autor : Isabel Zaldívar Diéguez
Un día como hoy se cumplen 59 años del histórico alegato que hiciera
nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro en la salita de estudio de las
enfermeras, del otrora Hospital Civil “Saturnino Lora”, de Santiago de
Cuba.
Visitar este sitio siempre me ha motivado. Está rodeado de
niños y jóvenes que realizan actividades patrióticas, deportivas y
docentes prácticamente durante todo el día. Poca edificación resta de lo
que fuera aquel hospital que abarcaba una manzana.
Hoy es el
Parque Museo “Abel Santamaría”, pero aquí se encontraba el mencionado
centro asistencial antes de 1959. Particularmente la salita de estudio
de las enfermeras entró a la historia el 16 de octubre de 1953, cuando
se decidió celebrar la tercera y última sesión del juicio a los
asaltantes del cuartel Moncada, donde Fidel era el principal acusado, y
toma su autodefensa.
La pretensión de la dictadura de Fulgencio
Batista era silenciar a Fidel para sacarlo del proceso, que el pueblo no
pudiera asistir a la sesión donde él fuera juzgado, que no escuchara
sus palabras, porque en las vistas anteriores, en el Palacio de
Justicia, el líder ya había hecho algunas declaraciones que no les
convenía a la tiranía
Para lograr este propósito redujeron al
mínimo el número de participantes en la salita de estudio de las
enfermeras. Se encontraban 19 personas vinculadas al juicio, 3
magistrados y 6 periodistas en calidad de invitados porque no debían
tomar notas ni fotos. El resto era una cifra imprecisa de soldados.
La
incomodidad no fue obstáculo para que el joven abogado realizara su
autodefensa denunciando su indignación por la matanza de sus compañeros y
los grandes males del país que estimularon el alegato sin interrupción
durante 2 horas y media.
Declaran testigos que el silencio fue
absoluto. Todos escuchaban con mucha atención a Fidel que hizo un
análisis muy detallado de toda la situación. Comenzó por las razones que
lo llevaron a su autodefensa, cómo se preparó la acción del 26 de
Julio, y delante de todos acusó directamente al gobierno de la ignominia
que vivía Cuba.
Cerca de la una y media de la tarde concluyó el
juicio. Fidel fue condenado a 15 años de presidio, pero su alegato entró
en la historia.
Nacía así el programa de toda una revolución que 59 años después ha sido sobrecumplido y trasciende las fronteras.
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