Por Israel Hernández Planas
La formación vocacional que garantice la futura mano de obra en la
ganadería local es el objetivo del Círculo de Interés de Rancho Vallina
donde varios niños de la localidad aprenden las actividades básicas de
esta importante actividad económica.
Cada tarde y los fines de semanas este rancho perteneciente a la
Empresa de Flora y Fauna acoge a una fuerza laboral diferente a los
avezados monteros. Varios pequeños se encaminan dentro de las grandes
porterías de Rancho Vallina para dar rienda suelta a su pasión.
“Me gusta mucho estar entre los toros y la vacas. No es lo único que
hacemos para entretenernos pero si es algo que nos gusta mucho. Después
de la escuela venimos para acá y nos pasamos bastante tiempo ayudando
en lo que nos dejan”, dice Anger Díaz Blanco, un niño de 9 años de edad
residente en las montañas de Jarahueca.
Por eso estar cerca de vacas, toros, terneros y caballos, además de
contribuir a su cuidado es un placer para Anger Díaz. Es en Rancho
Vallina donde labora su madre que por medio del círculo de interés de
ganadería le ha enseñado las actividades básicas que se desarrollan en
esta unidad.
“Con mi mamá he aprendido a enlazar terneros, a ponerle la jáquima a los
toros y a darle raqueta para que estén bonitos y limpios”, expresa
Anger.
Fomentar en los niños lugareños el interés por la actividad pecuaria es
una excelente iniciativa que se pone de manifiesto en Rancho Vallina,
granja ubicada en los lomeríos de Songo-La Maya.
Como Anger una decena de pequeños montañeses manejan el lazo y cuidan
de los animales como si fueran trabajadores de toda una vida en la
ganadería. Pero esto no es algo fortuito. Se trata de una estrategia que
ha puesto en práctica la unidad para que los niños del entorno
conozcan sobre la ganadería y adquieran una inclinación marcada por
este trabajo. De seguir así en pocos años contarán con una fuerza
laboral ampliada que con las nuevas prerrogativas de tierra en usufructo
pudieran ampliar el margen ganadero de Santiago de Cuba.
Es en esta unidad ganadera donde con cada caricia y deferencia con los
animales va creando un sentido de responsabilidad en los niños como
Anger, para que mañana cuando estos monteros peinen canas su relevo
esté garantizado, y con ello la actividad pecuaria de Rancho Vallina.
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