Por Mariano Aldana Villalón
Como el campesino Orlando Serpa Díaz, hay muy pocos en toda la geografía
cubana. No lo digo porque Serpa sea un superhombre, todo lo contrario,
es una persona sencilla, pero muy trabajadora, aunque es justo aclarar
que, su mayor diferencia con el resto de los campesinos cubanos es que
ostenta el Título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
En
verdad son muy pocos los que han sido reconocidos con este título
honorífico dentro de las filas del sector cooperativo y campesino.
Serpa
Díaz, que nació como se dice en buen cubano, dentro de un campo de
cañas, estuvo desde muy pequeño junto a su padre en los quehaceres de la
producción cañera. Así lo sorprende el triunfo del Primero de Enero de
1959. Para ese entonces tenía 14 años. Su vida cambió, como sucedió con
todos los niños y jóvenes guajiros.
Se superó, pero nunca se
apartó de sus origines. En definitiva fue un hombre mejor preparado para
continuar su trabajo junto al surco de caña. No por gusto eso, la gente
dice que Serpa le sabe un mundo a la producción cañera.
Ya hace
muchos años que dirige la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA)
“Eliseo Reyes”, cuyo objeto social es la caña de azúcar y mucho sudor y
esfuerzo ha dedicado Orlando Serpa para lograr incrementar la producción
cañera.
Datos estadísticos que se atesoran en la actual Empresa
Azucarera Santiago de Cuba, señalan que la CPA llegó alcanzar 104 000
arrobas por caballería de rendimiento. Hoy llevados a toneladas,
resultan 120 toneladas por hectárea. Sencillamente, fabuloso.
Ese
astronómico rendimiento agrícola, realmente, no se pudo mantener por
dificultades económicas que golpeaban al país. Sin embargo, Serpa y sus
campesinos, no desmayaron, redoblaron los esfuerzos para sacarle al
suelo la mayor cantidad de caña.
Así se mantuvieron con un
rendimiento por hectárea muy superior a las 54 que pedía el país, pero
las cosas comenzaron a cambiar en los últimos años, al asumir las
tierras de la disuelta Unidad Básica de Producción Cooperativa “El
Palmar”, colindante con su CPA, dado el nivel paupérrimo que presentaban
los rendimientos agrícolas.
Lógicamente, los resultados que
tenía la “Eliseo Reyes” de gran productora de caña bajaron
ostensiblemente. Ello no amilanó a los socios de la CPA y poco a poco
fueron levantando hasta alcanzar en este última cosecha cañera, 47
toneladas por hectárea. Ellos aseguran que dentro de poco superarán las
54 toneladas exigidas como mínimo a los productores cañeros.
De
Serpa pudiéramos estar hablando hasta el cansancio, pero estas
necesarias líneas dan una imagen bien transparente de un campesino
ciento por ciento.
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