Autor :Mariano Aldana Villalón
Este refrán popular, le hace justicia al joven Orlando Serrano que sigue el ejemplo de su progenitor en la noble tarea de producir alimentos para el pueblo.
De Orlando padre y de Orlando hijo se viene hablando hace un buen tiempo en el municipio Mella y un poco más allá, y máxime hoy cuando son los mejores productores del plátano FIAT 21, que según los entendidos le hace competencia al plátano vianda que todos conocemos.
Estos dos santiagueros producen esta variedad de plátano con elevados rendimientos agrícolas. Cogido al azar un racimo de los tantos que hay en la una coma 5 hectáreas en que se fomenta, pudo corroborar que unos pesaban entre 30 y 35 libras, otros hasta 60 y los menos 20 libras.
Como datos de interés, hay que decir que se promedian unos 72 plátanos por racimo. De ahí los quintales podrán obtener los dos Orlando.
Pero ese resultado no sale así de la nada. Por ejemplo, me explicaba el hijo que todo lo que logran en esa plantación de FIAT 21, se debe al amor con que trabajan.
Me enumeraba que lo primero que se debe tener en cuenta es una buena selección de las semillas, con su correspondiente certificación, entiéndase tamaño de las posturas y no violar el marco de siembra, o sea el espacio entre una mata y otra, junto a la necesaria materia orgánica a la hora de la misma.
A partir de ahí, pude inferir que las atenciones culturales entrarían en acción. Deshije, deshoje, despampane y desmane son algunas de las actividades que se llevan adelante.
Es bueno significar que este FIAT 21 es un plátano muy exigente con el agua, por eso se debe contar con una fuente de abasto para que las plantas y por supuesto los frutos se desarrollen bien.
La finca la “Esperanza”, me comentaba el más joven de los Orlando que antes la trabajaban su abuelo y su padre y el que daba sus primeros pasos. Ahora, están su padre y él y ya se empina su menor hijo.
¡Qué familia esta de los Serranos! Por eso sencillamente si hoy se habla de ellos, mañana se hablará mucha más.
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