Autor :Armando Fernández Martí
Siempre habrá un primero y un primera vez, y en l historia de nuestro país esos méritos corresponden a Carlos Manuel de Céspedes, el primero de los cubanos que se irguió victorioso contra el poder colonial de España, y al 10 de octubre de 1868, primera vez que se escuchó el grito de ¡Independencia o Muerte!
Ya antes de aquel día, ante los temores y las dilaciones de algunos complotados Céspedes advirtió: “El poder de España está caduco y carcomido. Si aún nos parece fuerte y grande, es porque hace más de tres siglos que lo contemplamos de rodillas: ¡Levantémonos!”
Esa arenga tuvo su respuesta en la madrugada del 10 de octubre, en el ingenio La Demajagua, cuando con algunos pocos compañeros mal armados, Carlos Manuel de Céspedes dio aquel grito de ¡Viva Cuba Libre!, que se escuchó por primera vez en 376 años y que hizo encender el amanecer con su luz redentora, para no apagarse nunca más.
En ese histórico momento rodeado de amigos y esclavos Céspedes expresó: “No nos extravían rencores, no nos halagan ambiciones: solo queremos ser libres e iguales, como hizo el creador a todos los hombres. Ese sol que veis alzarse por la cumbre del Turquino viene a alumbrar el primer día de libertad”
Nunca tuvo el mérito más valor que cuando aquel grupo de hombres, blancos y negros juntos, marcharon a los combates armados sólo de revólveres, machetes y palos. “Las armas, había dicho Carlos Manuel, se las arrebataremos a los enemigos”. Un día después la bisoña tropa fue derrotada en Yara y cuando alguien se lamentó la intransigencia de Céspedes le salió al paso: “Quedamos 12 hombres, bastan para hacer la independencia de Cuba”
Días después, el 20 de octubre de MIL 868 Céspedes y sus hombres tomaban victoriosos la ciudad de Bayamo, que se convirtió en capital de la revolución. Comenzaba así la forja de la nación cubana y el largo camino de más de 90 años de lucha para que esta fuera verdaderamente libre en otro amanecer glorioso: el primero de enero de 1969.
Al cumplirse hoy el aniversario 143 del inicio de nuestras gestas independentistas y de la Revolución Cubana, una sola desde entonces hasta nuestros días, definamos la historia de lucha de ayer, hoy y mañana con palabras del propio Padre de la Patria: “La Revolución Cubana ya vigorosa es inmortal, el pueblo de Cuba lleno de fe en su destino de libertad, se hará digno de figurar dueño de su suerte, entre los pueblos libres de América”. La historia le dio la razón.
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