Por Margarita Piedra Cesar
Se cumplen hoy 86 años de aquel 12 de agosto de 1933 cuando una Huelga General Obrera provocó el derrocamiento del régimen del dictador Gerardo Machado, para hacer valedera esa sentencia de José Martí que señala: “Donde los trabajadores son fuertes, lucharán y vencerán los trabajadores”
El General Gerardo Machado había llegado al poder en mayo de 1925 y en sus primeras declaraciones manifestó, que ninguna huelga duraría en el país más de un cuarto de hora. Sin embargo, ese mismo año se creó la Confederación Nacional Obrera de Cuba, que en 1930 convocó a los trabajadores a una Huelga General que hizo tambalear el régimen.
El gobierno de Machado se caracterizó fundamentalmente por la entrega de las riquezas nacionales a los intereses de Estados Unidos, por lo que desde un primer momento tuvo el rechazo unánime de la clase obrera, que fue reprimida violentamente por el tirano en sus luchas por mejorar la situación de los trabajadores.
Precisamente, en agosto de 1925, al crearse la Confederación Nacional Obrera de Cuba, por primera vez se logró agrupar a los sindicatos en una sola central sindical, lo que posibilitó fortalecer el papel de los trabajadores, que hasta ese momento luchaban separadamente por sus reivindicaciones laborales y sociales.
Sin embargo, el dictador Gerardo Machado le declaró la guerra al movimiento obrero y los sindicatos fueron brutalmente reprimidos y perseguidos e incluso, muchos de sus dirigentes asesinados como el propio creador de la Confederación Nacional Obrera de Cuba, Alfredo López.
Después del fracaso de la Huelga General de 1930 asumió la dirección de la Confederación Nacional Obrera, el dirigente comunista y prestigioso intelectual revolucionario Rubén Martínez Villena, que aunque se encontraba muy enfermo de tuberculosis, dedicó grandes esfuerzos a la lucha contra Machado y a los preparativos de una nueva huelga obrera para derrocarlo.
Es así como en agosto de 1933 se inició esta huelga, que comenzó con la paralización del servicio de ómnibus en La Habana y se extendió rápidamente a todo el país, hasta que el 12 de agosto el tirano Gerardo Machado abandonó el poder precipitadamente, huyendo hacia Estados Unidos, obteniendo la clase obrera una resonante victoria, que serviría de ejemplo a las generaciones futuras y confirmara lo dicho por José Martí: “Donde los trabajadores son fuertes, lucharán y vencerán los trabajadores”. Nadie duda cuánta razón tenía el Héroe Nacional Cubano.
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