Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 7 abr.— La destacada combatiente revolucionaria santiaguera Vilma Espín Guillois, heroína de llano y de las montañas, protagonista de la emancipación de la mujer cubana tras el triunfo revolucionario de 1959, la compañera leal de Raúl Castro y madre ejemplar, estaría cumpliendo hoy 7 de abril, 88 años de edad, pues nació en esta fecha pero en el año 1930.
Pero su muerte el 18 de junio de 2007, impidió que hoy pudiera estar físicamente presente para recibir el agasajo de su pueblo, aunque bien sabemos que su modestia no hubiera permitido una celebración más allá de lo normal.
Es difícil pasar por alto una fecha como esta y sobre todo, porque Vilma Espín Guillois fue de esos seres que no pasaron inútilmente por la vida, sino que supieron comportarse a la altura de su tiempo y plantar semillas convertidas hoy en frondosos árboles, como las palmas que se expanden por todo el territorio de la patria, como símbolo de esperanza.
No vamos a relatar cada uno de los pasajes revolucionarios en los que se vio envuelta la compañera Vilma, quien comenzó su lucha siendo aún estudiante de ingeniería Química Industrial, en la Universidad de Oriente, hasta que rindió el último aliento de su existencia como Presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas.
Sus luchas y toda la obra de su vida revolucionaria están ya escritas con letras de oro en la historia de la patria, donde su nombre aparece junto al de otras destacadas combatientes cubanas como Mariana Grajales, María Cabrales, Ana Betancourt, Amalia Simoni, Isabel Rubio, Lidia y Clodomira, Rosario García y Celia Sánchez Manduley, entre otras tantas.
La mejor forma de recordar hoy a Vilma en el aniversario 88 de su natalicio, es verla cada día en la sonrisa de las niñas, en los sueños de las adolescentes, en el futuro de cada joven estudiante, en las manos laboriosas de cada obrera, el fusil de cada combatiente o miliciana o en las esperanzas de cada mujer que, aquí o allá o en cualquier parte, se sabe útil para los destinos de ese mundo mejor con el cual todos soñamos.
El ejemplo de Vilma y todo lo que ella fue para la Revolución cubana, será imprescindible e imborrable por siempre entre los cubanos, porque ella es corazón y fuerza vital que encarna a la amorosa, firme y digna mujer cubana. Por eso en un día como éste, 7 de abril aniversario 88 de su natalicio, recordémosla con el cariño y respeto que merece.
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