Santiago de Cuba, 15 sep.— Los trabajadores santiagueros de los Joven Club de Computación y Electrónica (JCCE) valoran la significación de su labor en la informatización social y apuestan por un futuro aún mejor, a 30 años de la fundación de la llamada Computadora de la Familia Cubana.
Rosa Fonseca, subdirectora de
informatización de los JCCE en la provincia de Santiago de Cuba y
fundadora de la entidad, recordó que en los inicios había solo nueve
instalaciones, en 2004 se llegó a 21, en 2011 a 32 y ahora existen 67, y
en en cada municipio hay al menos dos.
Estamos en comunidades montañosas intrincadas como Matías, en Tercer Frente, y Uvero, en Guamá, que de otra manera no tendrían acceso a estos servicios de informática y electrónica, refirió.
Fonseca señaló que durante los 28 años de desarrollo de los JCCE en Santiago de Cuba ha visto lo mucho que estos han contribuido a la superación de empleados y usuarios en materia de nuevas tecnologías.
Los que comenzaron como instructores se han vuelto licenciados y másteres, yo misma empecé como técnica, luego fui metodóloga y ahora subdirectora de informatización y jurado de eventos teóricos nacionales y foráneos, agregó.
Uno de nuestros sueños es lograr tener doctores en ciencias en nuestras filas y continuar abriendo cada año nuevos servicios e instalaciones, enfatizó.
Desde 2015 se inauguraron varios centros tecnológicos recreativos y en el proyecto social Santiago Arde de Patriotismo tampoco estamos atrás, ahora las prestaciones principales son los cursos a personas jurídicas, navegación por Internet, asesoría e implementación, alquiler de computadoras, tiempo de máquina, antivirus y asistencia informática, añadió Fonseca.
Lisandra Salazar, especialista principal del centro tecnológico recreativo 3, destacó que la función de los JCCE ha sido y seguirá siendo fundamental, porque posibilita el contacto con las tecnologías informáticas a quienes no poseen los medios técnicos y a todas las personas en general, pues socializa los conocimientos, habilidades y avances en estos temas.
Considero que el futuro aportará aún más relevancia a la institución, resaltó la joven, quien se refirió, además, a que genera destrezas a través del entretenimiento.
Salazar añadió que su centro, ubicado en la populosa calle Enramadas, en la urbe santiaguera, a pesar de contar con 18 computadoras, hay momentos en los que no da abasto, porque la demanda es muy grande.
Estamos en comunidades montañosas intrincadas como Matías, en Tercer Frente, y Uvero, en Guamá, que de otra manera no tendrían acceso a estos servicios de informática y electrónica, refirió.
Fonseca señaló que durante los 28 años de desarrollo de los JCCE en Santiago de Cuba ha visto lo mucho que estos han contribuido a la superación de empleados y usuarios en materia de nuevas tecnologías.
Los que comenzaron como instructores se han vuelto licenciados y másteres, yo misma empecé como técnica, luego fui metodóloga y ahora subdirectora de informatización y jurado de eventos teóricos nacionales y foráneos, agregó.
Uno de nuestros sueños es lograr tener doctores en ciencias en nuestras filas y continuar abriendo cada año nuevos servicios e instalaciones, enfatizó.
Desde 2015 se inauguraron varios centros tecnológicos recreativos y en el proyecto social Santiago Arde de Patriotismo tampoco estamos atrás, ahora las prestaciones principales son los cursos a personas jurídicas, navegación por Internet, asesoría e implementación, alquiler de computadoras, tiempo de máquina, antivirus y asistencia informática, añadió Fonseca.
Lisandra Salazar, especialista principal del centro tecnológico recreativo 3, destacó que la función de los JCCE ha sido y seguirá siendo fundamental, porque posibilita el contacto con las tecnologías informáticas a quienes no poseen los medios técnicos y a todas las personas en general, pues socializa los conocimientos, habilidades y avances en estos temas.
Considero que el futuro aportará aún más relevancia a la institución, resaltó la joven, quien se refirió, además, a que genera destrezas a través del entretenimiento.
Salazar añadió que su centro, ubicado en la populosa calle Enramadas, en la urbe santiaguera, a pesar de contar con 18 computadoras, hay momentos en los que no da abasto, porque la demanda es muy grande.
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